NUEVA YORK, 15 feb (Xinhua) — Las duras medidas recientes impuestas por el gobierno de Estados Unidos al comercio han provocado preocupaciones sobre los lazos económicos del país con China, pero analistas de ambas partes del Pacífico dicen que las dos mayores economías del mundo tienen opciones mejores.
EEUU SE VUELVE CADA VEZ MÁS PROTECCIONISTA
China ha puesto en claro que desea una cooperación comercial saludable y de ganar-ganar con Estados Unidos, pero los últimos meses han demostrado que el país norteamericano tiene otros cálculos.
A fines de enero, el presidente estadounidense, Donald Trump, aprobó la imposición de aranceles de salvaguardia de hasta 50 por ciento a las lavadoras importadas durante los próximos tres años y de hasta 30 por ciento a los paneles y módulos solares durante los próximos cuatro años.
La acción fue la primera desde 2001 en que el gobierno de Estados Unidos ha recurrido a la Sección 201, una herramienta obsoleta bajo la poco usada Ley Comercial de 1974, para imponer de manera unilateral aranceles u otras restricciones a las importaciones extranjeras.
En la acción de proteccionismo comercial más reciente de la administración Trump, el Departamento de Comercio de Estados Unidos emprendió el martes investigaciones antidumping y para establecer derechos compensatorios en contra de las importaciones de tubos soldados de gran diámetro de varios países, incluida China.
Además, Trump amenazó el martes con tomar acciones adicionales contra sus dos principales socios comerciales asiáticos, y advirtió de sanciones contra China mientras prometió revisar o eliminar un tratado de libre comercio con la República de Corea.
El presidente dijo que estaba «considerando todas las opciones», incluidos aranceles y cuotas.
La administración Trump ahora está enfocada en alterar los «desequilibrios comerciales y de cuenta corriente», dijo a Xinhua recientemente durante una entrevista la directora de economía de América del Norte de Citi Research, Dana Peterson.
Además de renegociar los tratados comerciales, Estados Unidos está presentando quejas ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), lanzando investigaciones de alto perfil de «abusos fiscales y comerciales» e imponiendo acciones comerciales punitivas, dijo Peterson quien añadió que «el curso actual podría continuar durante 2018».
Existe un riesgo significativo de más acciones comerciales contra China por parte de la administración Trump, señaló Stephen Roach, un miembro importante del Instituto Jackson de Asuntos Globales de la Universidad de Yale.
En agosto pasado, el representante comercial estadounidense lanzó investigaciones de la llamada Sección 301 contra China en tres amplias áreas: derechos de propiedad intelectual, innovación y desarrollo de tecnología. Es probable que esto conduzca a sanciones complementarias.
Por otro lado, Washington ha iniciado una investigación de la Sección 232 sobre la «amenaza que representan para la seguridad nacional las importaciones de acero desleales», que tienen en la mira a China, la mayor productora de acero del mundo, dijo Roach.
«Si esas acciones adicionales ocurren, espero totalmente que China adoptará represalias con sanciones comerciales propias contra los exportadores estadounidenses, un duro golpe para el tercer mayor mercado de exportaciones y el de más rápido crecimiento de Estados Unidos», agregó Roach.
«A China le preocupa la grave tendencia proteccionista comercial de la parte estadounidense en el área de los productos de acero», dijo el martes en un comunicado el director del buró de remedios comerciales e investigación del Ministerio de Comercio de China, Wang Hejun.
¿SE BENEFICIARÁ EEUU DE UNA GUERRA COMERCIAL?
El proteccionismo creciente de la parte estadounidense ha conducido a fricciones comerciales frecuentes e incluso ha provocado preocupaciones acerca de una posible guerra comercial entre las dos economías.
«Desde un punto de vista económico, las guerras comerciales no serían benéficas para Estados Unidos», advirtió Peterson.
Las guerras comerciales probablemente disminuirán el comercio global, lo que es malo para el crecimiento global, y naturalmente para las naciones involucradas.
Desde la perspectiva de Estados Unidos, las guerras comerciales reducirían las exportaciones estadounidenses, lo que afectaría el crecimiento de su producto interno bruto (PIB). Adicionalmente, las guerras comerciales probablemente elevarían los precios de importación y la inflación del consumo de Estados Unidos.
«Si la inflación se acelera con demasiada rapidez o en exceso, una demanda del consumo reducida limitaría el crecimiento del consumo», dijo Peterson.
Muchos otros coinciden. Donald Straszheim, alto director gerente y jefe del Equipo de Investigación China de Evercore ISI, dijo que ambos gobiernos deben estar conscientes de que una guerra comercial es una opción de perder-perder.
«Nadie se beneficia o gana (de una guerra comercial)», dijo Roach a Xinhua, e indicó que los aranceles a los paneles solares y lavadoras también podrían elevar los precios minoristas para los consumidores de Estados Unidos.
La compañía coreana LG Electronics, una importante proveedora extranjera en Estados Unidos de lavadoras, ya anunció un incremento a sus precios de 50 dólares por aparato en respuesta a los nuevos aranceles.
Por su parte, la Asociación de Industrias de Energía Solar de Estados Unidos calcula que los aranceles a los paneles solares no sólo generarán la pérdida de 23.000 empleos estadounidenses tan sólo este año, sino que también llevarán a la cancelación de miles de millones de dólares de instalaciones de paneles solares, un importante revés para las necesidades de Estados Unidos de energía limpia sin carbono.
Los analistas también advirtieron acerca de las medidas de represalia por parte de China.
«Uno de los primeros lugares en que creo los chinos tomarán represalias será la reducción significativa de la compra de soja de Estados Unidos», indicó en enero Andy Rothman, estratega de inversión en Matthews Asia, en un evento organizado en conjunto por SupChina y el Instituto China.
Trump tendrá a muchos congresistas republicanos del Medio Oeste que le dirán «podríamos perder una cantidad significativa de escaños durante las elecciones de mitad de período», dijo Rothman.
También indicó que la gente no escucha mucho de compañías estadounidenses que tienen un buen desempeño en China.
Por ejemplo, GM vende más autos en China que en Estados Unidos; Boeing entrega más aviones en China que el país norteamericano; prácticamente la mitad de la soja estadounidense se destina a China.
«Las exportaciones de Estados Unidos a China han aumentado 500 por ciento desde que ingresó a la OMC», añadió.
Datos de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos muestran que las exportaciones de productos de Estados Unidos a China en 2016 ascendieron a 115.600 millones de dólares, representando 8 por ciento de las exportaciones estadounidenses totales en 2016 y hasta 503 por ciento respecto al 2001 (antes de su acceso a la OMC).
Las estadísticas del Departamento de Comercio de Estados Unidos muestran que las exportaciones de bienes y servicios estadounidenses hacia China apoyaron alrededor de 911.000 empleos en 2015, de acuerdo con los datos más recientes disponibles.
EXISTEN MEJORES OPCIONES
Como miembros importantes de la OMC, Estados Unidos y China deben basarse en el mecanismo de la OMC para el arreglo de disputas como la primera línea de defensa para manejar las inevitables disputas comerciales que surjan entre las dos naciones, dijo Roach.
«Esto es por mucho preferible a las acciones unilaterales tomadas por una nación que llevan consecuentemente a una escalada de represalias de la otra parte», afirmó.
Al mismo tiempo, Estados Unidos y China deben avanzar con mayor rapidez para reiniciar las negociaciones aparentemente inactivas de un Tratado Bilateral de Inversión (TBI).
Un TBI podría proporcionar un marco para el acceso al mercado con base en normas, permitiendo operaciones justas y equitativas de corporaciones multinacionales estadounidenses y chinas en el otro país.
«Como tal, un TBI de alto nivel recorrería un largo camino en futuras disputas sobre prácticas comerciales que han puesto a Estados Unidos y a China al borde de una gran guerra comercial», dijo Roach.
Como Trump prefiere tener acuerdos bilaterales de comercio y conversaciones uno a uno con quienes toman las decisiones, Peterson sugirió que las dos naciones intenten esas opciones para progresar en el comercio.
«Ante los inmensos retos que enfrentamos como una comunidad global, nuestros dos países deben trabajar juntos productivamente con el fin de construir un mundo mejor para todos nuestros ciudadanos y para los demás ciudadanos de todo el mundo», declaró Stephen Schwarzman, presidente y director general de Blackstone Group, en una gala por el Año Nuevo Lunar Chino el mes pasado.
«Si partimos de una base de respeto y entendimiento mutuos, identificaremos las áreas de interés común y juntos enfrentaremos los retos por delante», comentó Schwarzman.
«Estoy firmemente convencido de que las relaciones entre Estados Unidos y China definirán el siglo XXI», agregó. Fin