China versus USA, o viceversa, piezas blancas y piezas negras buscan gobernar con sus monarcas en un tablero en forma de globo terráqueo. El “zugzwang” es una posición ajedrecística donde cualquier movimiento permitido supone empeorar la situación y, eventualmente, perder la partida.
El contrincante oriental inicia un tibio otoño que pone fin a un “estío horribilis” ([1]) plagado de crisis bursátiles, devaluaciones monetarias y alarmas económicas internas e internacionales que han llevado al gobierno de Xi Jinping a adoptar medidas urgentes ( [2]) que deberán servir de hoja de ruta al XIII Plan Quinquenal programado para aprobar el mes de octubre.
Ningún titular periodístico parece ponerse de acuerdo en si China se encuentra en un estadio de “reajuste necesario” o si bien sufre los efectos de la detonación incontrolada de una burbuja[3], cuya principal preocupación, entre otras, radica en la devaluación de su moneda. Una incierta guerra de divisas que ha hecho temblar los parqués de las bolsas mundiales y “poner en jaque” la confianza de los mercados en el Gigante Asiático.
El adversario estadounidense desde el otro lado del tablero trata de dar sentido a su Pivote Asiático, reforzando su presencia tanto a nivel militar en el Mar Meridional como a nivel financiero tratando de encajar puzles geopolíticos con Zonas de Libre Comercio (el europeo TTIP incluido) . También ha canalizado su postura hegemónica internacional lanzando arengas al Gobierno de Xi Jinping desde sus instituciones controladas , como el FMI, para acelerar las reformas y lograr un crecimiento sostenible ( [4]).
Algo evidente es que en este escenario impera la desconfianza, no sólo económica, también estratégica y social, y que el único remedio plausible pasa por la cooperación mutua antes que culminar relaciones por la vía rápida: un “jaque mate”, a la que economistas y politólogos denominan la trampa de Tucídides.
Obama y Xi Jinping se reunieron la pasada semana y ese encuentro clave ( [5]) requiere de un único mensaje, de carácter casi imperativo: cooperar sí o sí. Pacíficamente si es posible. Ambos jugadores deben acercar sus posturas y dar un giro de 180 grados en sus tensiones y discrepancias. Utilizar la posición Zugwang debe servir de análisis para planificar el futuro de la economía mundial, y no servir de desenlace de la partida. El magnicidio es un posible desenlace del juego de escaques y en este caso, es preferible el resultado de empate a tablas.
Decía Benedetti “aprovechemos el otoño antes de que el invierno nos escombre“; sin embargo en este juego de fuerzas, el equilibrio y la mutua comprensión es fundamental y nos incumbe a todos. Siguiendo al escritor uruguayo, hay que procurar “aprovechar el otoño antes de que el futuro se congele”.
[1] Xulio Ríos, OPCH, “No solo es la economía, estúpido”.
[2]http://www.abc.es/economia/20150825/abci-banco-central-tipos-interes-201508251237.html Las consecuencias de estas medidas de inyección de capital a través de los bancos públicos chinos, prohibiciones de venta de acciones y la mano dura con infractores y especuladores.
[3]https://www.unience.com/blogsfinancieros/BrightGate/datos_macroeconomicos_chinos_septiembre_2015
[4] El País, Xavier Fontdeglória. “El FMI pide a China acelerar las reformas para sostener el empleo” ( crecer entre un 6 y un 6,5 % en los próximos años para virar hacia un patrón de sostenibilidad laboral que permita asegurarse la creación de los 10 millones de empleos anuales.
[5] Xulio Rios. Opch. “El quid de la cumbre EEUU-China”