¿Es hora de volver a Libia?

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Las empresas chinas que tenían intereses en el país norteafricano están reflexionando sobre su regreso tras la instauración del nuevo gobierno del CNT. Algunos expertos apuntan que no hay que temer represalias comerciales, debido a la interdependencia económica entre los dos países.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Tras la muerte del derrocado líder Muamar el Gadafi en Libia, hay división de opiniones entre las empresas chinas sobre el plazo para regresar al país norteafricano, dependiente del petróleo.

Según información publicada por ‘Renmin Ribao’, los gigantes de las comunicaciones Huawei y ZTE ya habrían regresado a Libia para jugar un papel en la reconstrucción del país.

Huawei firmóel año pasado un contrato por valor de 10 millones de dólares con la compañía Libyan International Telecom sobre la construcción de un cable submarino de 40 kilómetros que debería estar concluida para este año. ZTE, por su parte, cuenta con un contrato para el mantenimiento de la red 3G en el país, una de las mayores del continente africano, que ha permanecido en uso comercial desde 2006.

Una fuente de Huawei afirma que la empresa no evacuó a sus trabajadores en Libia al estallar la guerra, y añade que “Huawei podría haber sido la única empresa extranjera que permaneció allí”, según cita el rotativo chino ‘Nanfang Dushi Bao’.

Tras el estallido de violencia en Libia en febrero, ZTE evacuó del país a 112 empleados chinos y subcontratados, dejando a unos 20 trabajadores locales para el mantenimiento de la red. Más de 35.000 ciudadanos chinos fueron evacuados en total del país en guerra.

‘Nanfang Dushi Bao’ afirma que la seguridad en el futuro depende de la “estabilidad política, la seguridad y la administración del Consejo Nacional de Transición (CNT)”.

Un oficial de la compañía Arabian Gulf Oil (AGOCO), con sede en Benghasi, indica que el nuevo gobierno tendría algunos “problemas” con China y Rusia, según cita Reuters. Estas afirmaciones se explican como respuesta a la falta de apoyo que el CNT ha percibido de parte de esos dos países hacia los rebeldes que han derrocado a Gadafi.

En marzo, China, junto con Rusia y Brasil, se abstuvo de votar la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que autorizaba el uso de la fuerza para imponer una zona de exclusión aérea sobre el país norteafricano.

No obstante, Mei Xinyu, investigador de la Academia Internacional de Cooperación Comercial y Económica de China, un grupo asesor del ministerio de Comercio chino, escribió un artículo en el rotativo pekinés ‘Global Times’ en el que afirmaba que no había que temer por las inversiones chinas en Libia tras el cambio de régimen, debido a la “interdependencia económica entre los dos países”.

Mei escribió que hay altos cargos del gobierno que abogan por la cooperación con China, Rusia y Brasil.

Ahmed Jehani, alto funcionario para la reconstrucción del CNT, que ya ha sido reconocido como autoridad legítima por más de 60 países, incluyendo China, prometió en una entrevista con Reuters honrar todos los contratos de petróleo y gas firmados durante la era Gadafi, incluyendo los firmados con empresas chinas. También afirmó que Libia no tiene razones para excluir a China de los proyectos de reconstrucción. China puede ofrecer suministros de calidad y proyectos de reconstrucción a precios competitivos.

El pasado año, el volumen del comercio bilateral entre Pekín y Trípoli ascendió a 6.580 millones de dólares, sólo un 0,22 por ciento del volumen comercial total del país asiático, según Mei, quien indica que el 11 por ciento del petróleo crudo libio era exportado a China, suponiendo sólo un 2 a 3 por ciento del total de crudo importado por Pekín. Mei añade que el conflicto no ha tenido efectos negativos de importancia sobre las vías de importación de crudo a China.

En 2009, los proyectos contratados por China en Libia totalizaron 5.840 millones de dólares, un 4,6 por ciento del total de los contratos en el exterior, que ascendieron a un valor de 126.210 millones de dólares. Dicha proporción se mantiene casi inalterada, de acuerdo con Mei.

A finales de 2009, China invirtió directamente en Libia 42,69 millones de dólares, el 0,02 por ciento de los 245.750 millones de dólarse del total de inversión directa exterior en dicho año.

Este año, antes de que el conflicto estallara, las empresas chinas tenían 50 proyectos contratados en Libia por valor de 18.800 millones de dólares, según fuentes ministeriales. Estos proyectos, en parte respaldados por 13 empresas estatales, incluyendo China Railway Construction, China State Construction Engineering y PetroChina, iban desde sectores como la vivienda y la construcción de ferrocarriles hasta el petróleo y las telecomunicaciones.

Estos proyectos fueron suspendidos tras el inicio del conflicto. China Railway tuvo que suspender tres proyectos por valor de 4.230 millones que ya habían sido contratados, de los cuales 3.550 millones quedaron incompletos.

No hay certeza sobre cuántos proyectos suspendidos podrán retomarse. El CNT ha dicho que algunos de los proyectos firmados durante la era Gadafi serán sometidos a investigación para esclarecer posibles casos de corrupción, unas pesquisas que podrían tener cierto efecto en los acuerdos con China.

Zhang Baoying, director general en Libia de Beijing Hongfu, una empresa de ingeniería y construcción, cuenta que los proyectos de vivienda firmados con las anteriores autoridades del país se cuentan entre los proyectos suspendidos. Zhang, citado por ‘Daily Economic News’, afirmó que las revisiones sobre corrupción podrían proporcionar una excusa para revocar algunos contratos.

A pesar de la violencia en Libia, el volumen total de los proyectos contratados por China en el exterior aumentaron 11,3 por ciento interanual hasta 58.900 millones de dólares en el periodo entre enero y agosto, según datos del ministerio de Comercio.

Los proyectos de nueva contratación en los primeros ocho meses del año tuvieron un valor de 84.170 millones de dólares, un incremento interanual de 12,3 por ciento, comparado con los 75.770 millones del periodo enero-julio, con un aumento de 25,2 por ciento respecto al año anterior.

Desde enero hasta julio, la industria eléctrica fue la que más contratos nuevos atrajo, totalizando un valor de 20.820 millones de dólares, seguida de los 14.270 millones de las constructoras, los 12.650 millones de los transportes, 10.000 millones en comunicaciones electrónicas y los 7.380 de la industria petroquímica.