Para EEUU, el adaptarse al desarrollo chino es fácil de mencionar pero difícil de hacer. Está lejos de ser suficiente el solo expresar la buena voluntad de promover las relaciones bilaterales oralmente. Hay que tener un modo de reconocer y acoger a China como país grande para que ésta suba al escenario mundial. De otra manera las relaciones sino-estadounidenses sufrirán vicisitudes inesperadas como una montaña rusa, que ejercerían una influencia negativa sobre los dos países e incluso sobre el mundo.

La resolución de los problemas globales no deben depender solamente de EEUU o China, pero los problemas concernientes no se solucionan sin la participación conjunta de ambos países, dijo la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton. Estas declaraciones de Clinton muestran que EEUU está consciente de que el cambio de la modalidad de tratar con China estará a favor de los intereses de EEUU en el mundo.

Indudablemente, son positivas las señales hechas por el gobierno de Obama en lo referente a las relaciones con China, e incluso se puede considerarlas como una intetativa de EEUU de cambiar su estrategia tradicional de entablar contactos y hacer contenciones simultaneamente. Prácticamente, el evalúo generalizado de la tendencia del desarrollo de las relaciones sino-estadounidenses solo ha servido como referencia para la elaboración de la política exterior de EEUU, y el ajuste de la política es mucho más complicado. La venta de armas a Taiwan, el incidente de Google, la propaganda del problema de la tasa de cambio de Renminbi, la divulgación de la “teoría sobre la responsabilidad china por la economía” y otros por el estilo han mostrado que Washington todavía no tiene un claro concepto ni una mentalidad normal al respecto.

Las sino-estadounidenses son las más importantes y complicadas relaciones bilaterales del mundo, que afectan directamente la paz y estabilidad del mundo, especialmente de la región del Pacífico y Asia. Tal como dice Ian Bremmer, a pesar del riego de la confrontación entre ambos países, el fortalecimiento de los lazos político y económico y la toma de medidas destinadas a evitar la guerra fría e incluso casos aún peores les permitirán ganar más beneficios.

EEUU debe tener el sentido de realismo y sabiduría así como una firme decisión para reconocer y aceptar a China como un país grande “diametralmente extraño” para que suba al escenario mundial. (Pueblo en Línea)

29/07/2010