Gasoducto entre Turkmenistán y China debilita la posición de Rusia en el Asia Central

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Moscú, 15 de diciembre, RIA Novosti. La inauguración de un gasoducto que podrá transportar de Turkmenistán a China  hasta 40 mil millones de metros cúbicos al año, vía Uzbekistán y Kazajstán, asesta un duro golpe al monopolio ruso sobre el trasiego del combustible centroasiático, escribe hoy el diario ruso Kommersant.


Expertos señalan que esta ruta reduce la dependencia de las naciones del Asia Central con respecto a Moscú y afianza a China en calidad de líder informal de la región. También obstruye para Rusia las negociaciones sobre la importación del gas turcomano y la construcción de nuevos gasoductos hacia China.

El presidente de Turkmenistán, Gurbangulí Berdimujamédov, calificó el nuevo gasoducto como «uno de los mayores proyectos energéticos de la modernidad». Su homólogo kazajo, Nursultán Nazarbáev, comparó esta tubería con la antigua Ruta de la Seda. El mandatario uzbeco, Islam Karímov, proclamó que el lanzamiento «cambia el mapa geopolítico» del Asia Central.

Efectivamente, es el primer gasoducto de importancia tendido desde el Asia Central  hacia una nación que no es Rusia, y el cual mina el monopolio ruso sobre el transporte de hidrocarburos centroasiáticos. Un funcionario del Gobierno turcomano, preguntado por la importancia del proyecto para Turkmenistán y los países limítrofes, destacó que es «la transacción del siglo».

Ninguno de los ejecutivos que asistieron ayer a la solemne ceremonia de lanzamiento del gasoducto en el yacimiento turcomano de Samantep desveló el secreto principal, a saber, el precio que China pagará por el gas importado de Turkmenistán. Una fuente del Gobierno turcomano reconoció sin embargo que se trata de «un precio de mercado, completamente satisfactorio».

Observadores rusos señalan a este respecto que China, además de haber invertido alrededor de 20 mil millones de dólares en la construcción de la tubería,  acepta pagar «un precio de mercado» porque cualquier gasoducto terrestre la hace menos vulnerable ante posibles cortes del suministro por vía marítima, en el supuesto de un conflicto bélico.