La intransigencia en la historia no sólo le cuesta al futuro de Japón, sino también al de la región e incluso al del mundo. Un país que no reflexiona profundamente en su pasado, en particular en los períodos manchados por las atrocidades y la sangre, difícilmente ganará el respeto de las demás naciones.
La intransigencia en la historia no sólo le cuesta al futuro de Japón, sino también al de la región e incluso al del mundo.