La agenda china en 17° reunión de líderes del G20 (primeros momentos) Raquel León de la Rosa, directora del Observatorio de Política China

In Análisis, Política exterior by Director OPCh

La reunión de líderes del G20 se perfilaba como un punto de encuentro para revisar la evolución de los temas clave dentro de la política internacional. En este sentido, se introduce la agenda difundida desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular China, y después, los encuentros que tuvo con Joseph Biden y Justin Trudeau.

La agenda general

En la antesala de esta reunión, desde el gobierno chino se plantearon una serie de temas clave:

  • El fortalecimiento de la cooperación multilateral
  • La promoción de la economía digital en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, así como la Iniciativa de Desarrollo Global.
  • Recuperación postpandemia a través de la innovación dirigida

Estos ejes de agenda desde China se alinean al propio proceso de articulación política desde los conceptos que se han promovido dentro y fuera de China, tal es caso de la “Comunidad de Destino Compartido para la Humanidad” y la visión de liderazgo tecnológico de 2025 y 2030. Asímismo, permite dejar ver entre líneas cómo el tema de modelo de desarrollo económico es un punto clave para el gobierno de Beijing, esto en particular por el reto que ha sido este año a partir de la política de “cero COVID”.

¿Encuentros y desencuentros?

El previo y los primeros momentos de la reunión han permitido un conjunto de encuentros fuera de lo esperado. En primer lugar, la expectativa alrededor de la reunión entre Xi Jinping y Joseph Biden a partir de las declaraciones realizadas desde Washington respecto a temas sensibles para China. Esta primera reunión de los mandatarios en persona parece haberse dado en una dinámica armónica y colaborativa. Esto a partir de la siguiente lectura:

  1. La manera en que la temática Ucrania y la ausencia de Putin en el evento son un evento perfecto para crear diálogo y no confrontación, esto como muestra de cómo cada actor legitima su papel como protagonista dentro de la política internacional y sus responsabilidades dentro del sistema internacional.
  2. La agenda clave más allá de la escena pública y la confrontación, que está conformada por seguridad sanitaria, agrícola y alimenticia. En donde estos últimos puntos son los que han estado presentes previo a la pandemia e incluso desde la administración anterior.
  3. La forma en cómo muchas de las declaraciones de ambas partes se orientan hacia una legitimidad sobre públicos específicos. En el caso estadounidense, principalmente al electorado de su país frente al contexto político interno. Mientras que, en el caso chino va dirigido a la comunidad internacional y a cualquier actor político que ponga en riesgo la idea de “una sola China”.
  4. En este último punto, no se exime de que cada gobierno lance comunicados o sigan declaraciones que alienten a la confrontación.

En este sentido, de los encuentros, el que no era previsto como un desencuentro, fue el momento mediático que otorgó Xi Jinping al abordar a Justin Trudeau, en lo que se ha interpretado como una confrontación. Esto permite ver cómo es la dinámica entre actores con distintas capacidades de agencia dentro del sistema internacional y, sobre todo, la manera en cómo Xi se posiciona después de la asamblea de octubre.  Bajo estos casos, es importante identificar qué tan importante es quién, en dónde y qué se dice respecto a China para determinar la dinámica en cómo se construye el diálogo y la forma en cómo Xi enfatiza la manera en cómo desarrolla diplomacia. Esto sin dejar de lado, la labor de su equipo diplomático, como lo es el Ministerio de Relaciones Exteriores que, en el caso del encuentro con Trudeau, ya existe una declaración por parte de Mao Ning, quien aclara lo ocurrido como una praxis en aras de reforzar una buena imagen sobre China a nivel internacional.