La falla del “lobo guerrero”: Noyer le poisson Raquel Isamara León de la Rosa es directora del Observatorio de la Política China

In Análisis, Política exterior by Director OPCh

El 21 de abril parecía ser un día para reafirmar la cosecha de la visita de Macron y von der Leyen a China.  Esto en la expectativa de la invitación del embajador chino Lu Shaye a uno de los programas de la cadena de televisión francesa LCI.  Esta entrevista se volvió controversial debido a las declaraciones que hizo Lu, donde señaló lo siguiente: «Les pays de l’Union soviétique n’ont pas de statut effectif dans le droit international parce qu’il n’y a pas d’accord international pour concrétiser leur statut de pays souverain»[1]. Este comentario desató toda encrucijada mediática debido a las implicaciones que estas palabras tenían respecto a los países implicados y el tema del conflicto ruso-ucraniano. Esto se presenta como una punta de iceberg en un contexto delicado y con una astucia diplomática requerida no sólo por la declaración, sino por el complejo entramado respecto a la vinculación china con Europa, Asia y el tema Taiwán.

El origen

El preámbulo de esta situación es la visita de Emmanuel Macron y Ursula Gertrud von der Leyen a principios de abril, otro momento polémico respecto a la imagen china dentro de la Unión Europea. Hay que recordar que hace unos meses, el presidente Xi Jinping dio a conocer una propuesta de paz para el caso ruso-ucraniano, auto postulándose como un mediador respecto al conflicto; siendo esta una estrategia de impacto dentro de la política internacional.  Retomando el tema de la visita de Estado, la polémica se desató por las declaraciones de Macron a los medios de comunicación Les Echos y Politico, mencionando lo siguiente:

Europa debe reducir su dependencia de Estados Unidos y evitar verse arrastrada a una confrontación entre China y Estados Unidos por Taiwán (…) Si las tensiones entre las dos superpotencias se calientan… no tendremos tiempo ni recursos para financiar nuestra autonomía estratégica y nos convertiremos en vasallos (Macron, 2023).

Esto generó revuelo dentro de la Unión Europea, pues varios actores políticos, principalmente eurodiputados, se desvincularon de estas palabras y de reconocer a Macron como un portavoz de toda la UE.  Sin embargo, esta declaración se convirtió indirectamente en un respaldo hacia la postura china sobre la situación en Ucrania y su imagen.

El “lobo guerrero”

Lu Shaye es un embajador chino de 59 años, quien posee un amplio conocimiento del idioma francés; aspecto que lo ha llevado a ser varias veces representante diplomático de China en Francia y en países francoparlantes. Esto como una evidencia del bagaje que Lu tiene respecto al conocimiento de la política francesa.

No obstante, Lu también pertenece a una camada de diplomáticos chinos llamados “lobo guerrero” 战狼外交,  que refiere a la actitud proactiva y firmeza de estos representantes a partir del año 2020. Este concepto hace alusión al abandono del bajo perfil del cuerpo diplomático chino alrededor del mundo.  Dando como resultado una mayor visibilidad discursiva y mediática de los embajadores en los países en misión.  En este nuevo discurso, se ha evidenciado la postura nacionalista de China frente actores estatales con quienes continuamente existen estas tensiones dentro de la política internacional, como por ejemplo Estados Unidos.

La entrevista, noyer le poisson

La participación de Lu tuvo una duración de 49 minutos con 3 segundos. Sin embargo, pareciera que todo se acota a 30 segundos de intervención. Por esto, es importante hacer la revisión integral de toda la charla entre Lu y el periodista Darius Rochebin. La entrevista se inicia con el tema de la visita y las declaraciones del mandatario francés, así como algunas impresiones de la reunión entre Macron y Xi. A lo largo de la temática se toca el tema de Taiwán. Cabe mencionar que el embajador Lu ha sido un claro oponente a las encuestas de opinión al interior de Taiwán y, por ende, del movimiento en pro del reconocimiento internacional de este territorio. Es importante señalar esto ya que en este punto es donde se construye todo el argumento que desemboca en las desatinadas declaraciones.

Durante todo momento en que Rochebin cuestiona sobre la temática del estrecho de Taiwán, se presenta esta actitud de “lobo guerrero”, exacerbando el nacionalismo chino desde la perspectiva de Beijing. Sin embargo, todo cambia cuando el presentador comienza de manera indirecta a hacer una comparativa entre el caso taiwanés y el ucraniano. Es aquí donde pareciera que Lu entra en un callejón sin salida entre ¿continuar con el discurso nacionalista revisionista o abrazar la imagen pacificadora y de respeto a la autodeterminación? Son estos segundos y la elección lo que lleva al fracaso del spotlight que se supone significaría esta transmisión para el diplomático.

La opción fue morir con el barco. Por lo que Lu continúo con esa primera opción en un acto de “mantener congruencia”. No obstante, con el viraje temático, salió esta declaración poniendo en duda la legitimidad de varios Estados de Europa del este y Asia central. Países que durante los últimos años y en su mayoría, han sido clave para las estrategias de cooperación y de posicionamiento chino.

Efecto y daños colaterales

Así como las declaraciones de Macron causaron revuelo, esta entrevista resultó en un efecto similar y más, ya que, dentro de la prensa, en algunos casos, se evidenció la sinofobia.  A nivel político, se rescatan las primeras reacciones de los siguientes actores:

  • Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, quien señaló la declaración como “inaceptable”, pero dando beneficio de la duda sí la declaración era a título propio o como eco de la política china.
  • Mykhailo Podoliak, de la Oficina Presidencial de Ucrania, mencionó que era absurdo lo mencionado por Lu.
  • Emmanuel Macron, declaró: “No corresponde a un diplomático utilizar ese tipo de lenguaje. Por tanto, plena solidaridad con los países agraviados por la lectura de su historia y de sus fronteras»
  • Países bálticos repudiaron lo mencionado en la entrevista.

 

El deslinde y la llamada

Ante esta vorágine de reacciones la diplomacia china entró en acción. Primero, el 24 de abril, las declaraciones de la vocera Mao Ning:

En cuanto a las cuestiones relacionadas con la soberanía territorial, la posición de China es coherente y clara. China respeta la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países y defiende los propósitos y principios de la Carta de la ONU. Después de la disolución de la Unión Soviética, China fue uno de los primeros países en establecer lazos diplomáticos con los países en cuestión. Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con estos países, China ha seguido los principios de respeto mutuo e igualdad en el desarrollo de relaciones bilaterales amistosas y cooperativas con ellos. China respeta el estatus de las antiguas repúblicas soviéticas como países soberanos después de la disolución de la Unión Soviética…En cuanto al tema de Ucrania, la posición de China es clara y consistente. Continuaremos trabajando con la comunidad internacional para hacer nuestra propia contribución para facilitar una solución política de la crisis de Ucrania (FMPRC, 2023).

Estas declaraciones intentaron rescatar el escándalo desatado, principalmente por las reacciones de los países integrantes de la UE que fueron agraviados con los señalamientos de Lu.

Tras casi una semana del suceso, la acción que redondeó toda esta controversia fue la llamada de Xi Jinping a Volodymyr Zelensky, presidente ucraniano; siendo la primera vez que ambos mandatarios hablaron. En donde Zelensky dio a conocer lo siguiente como resultado de la llamada: “Tuve una larga y significativa llamada telefónica con el presidente de China, Xi Jinping. Creo que este llamado, así como el nombramiento del embajador de Ucrania en China, darán un poderoso impulso al desarrollo de nuestras relaciones bilaterales”. Junto a esto se espera una visita de un representante chino a este país.

Como se describe a lo largo del texto, estas declaraciones tuvieron impacto en Europa. Por este escándalo se tuvo que generar una contra estrategia desde Beijing, bajo la premisa de reivindicar la imagen pacificadora; situación que al parecer está funcionando con Zelensky. Si bien se ha tratado de capitalizar este hecho desafortunado, es importante reconsiderar el papel de los “lobo guerrero”. ¿Qué tan contraproducente puede ser esta estrategia diplomática en un futuro? Más allá de las acciones tomadas desde Beijing, es importante seguir el futuro de Lu Shaye, como un primer caso visible de “atribuciones personales” en el discurso diplomático chino.

 

[1] Traducción: “Los países de la Unión Soviética no tienen estatus efectivo en el derecho internacional porque no existe un acuerdo internacional para concretar su estatus como país soberano”