La reducción de emisiones contaminantes de China y su eco internacional

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Desde el 2 al 6 de agosto, se celebró en Bonn de Alemania la III Ronda de Negociaciones de la ONU sobre el Cambio Climático. Más de 4500 delegados provenientes de cerca de 190 países hicieron acto de presencia en ella haciendo preparativos para la celebración a finales del presente año en Cancún de México la Conferencia de la ONU de Cambio Climático. En los problemas claves como las metas concretas de reducción de emisiones contaminantes y la prolongacion del Convenio de Kioto, los países desarrollados aún renuncian a asumir su debida responsabilidad histórica y sus obligaciones legales. Las persepctivas de negociación no son halagüeñas. Esta actitud contrasta agudamente con los esfuerzos activos que hace China para impulsar la negociación destinada a reducir las emisiones contaminantes y a enfrentar el cambio climático a escala global. (por Wanghailou)


En cuanto al ritmo y nivel de la reducción de emisiones de CO2 por unidad del PIB, China ya está en las primeras filas del mundo. Desde 1990 a 2007, la reducción media de la emisión de CO2 por unidad de PIB en escala global es de 15,4%. EEUU registra un descenso de estas emisiones en un 27%, los países desarrollados, un medio de 22%, y los países en vías de desarrollo, un 10,2%. Mientras tanto, China las reduce en un 49,2%. China ha ocupado cuatro lugares primeros del mundo en el desarrollo de nuevas energías: la instalación de energía hidráulica, la utilización de energía solar para suministrar agua caliente, la magnitud de la construcción de centrales nucleares, y el ritmo de aumento de la instalación de energía eólica para generar electricidad.


En cuanto a la reducción de emisiones contaminantes, China se compromite descender su emisión de CO2 en un 40-45% por unidad del PIB en 2020 en relación con 2005. En el proceso histórico de industrialización ningún país desarrollado ha podido reducir dentro de 15 años sus emisiones contaminantes a este ritmo.



En cuanto a las negociaciones para impulsar activamente la reducción de emisiones contaminantes y a hacer frente al cambio climático, China ha obtenido el 48,35% de la cuota de emisión para los proyectos CDM autorizados por la ONU. En esto también ocupa el primer lugar del mundo. En las exportaciones de paneles solares y de instalaciones de energía eólica, China también ocupa uno de los primeros lugares en la arena internacional. Todo esto demuestra que China ha hecho contribuciones considerables a la reducción de emisiones contaminantes a escala internacional.



Recientemente los países occidentales arman grandes alborotos para calificar a China como el mayor país consumidor de energías y emisor de gases invernaderos del mundo. La realidad es que China es el país de mayor poblacion del mundo. Se halla en la etapa de rápido desarrollo de industrialización y urbanización. Requiere grandes cantidades de energías para construir rreteras, ferrocarriles, infraestructuras urbanas y viviendas. Los países desarrollados ya han cumplido este proceso. El consumo per cápita de China de energías y las emisiones medias de carbono sólo permiten a su pueblo mantener un nivel de subsistencia elemental. Para la mayoría de los chinos, la cantidad de emisiones de carbono sólo sirve para satisfacer sus necesidades diarias. Desde el ángulo de desarrollo ecoómico o del mejoramiento del nivel de vida, es comprensible el aumento continuo del consumo energético. Incluso cuando China haya pasado a ser el primer país consumidor del mundo de energías, el consumo medio de los chinos seguirá muy inferior al nivel de los países desarrollados.



Además, en el proceso del gran desplazamiento internacional de industrias, China es considerada como factoría mundial. La emisión de carbono en el territorio chino provocada por estas factorias no se debe a satisfacer el consumo de los chinos, sino a los países que ya han alcanzado un alto nivel de emisiones per cápita de carbono. Este punto debe ser tenido en cuenta.



Para lograr resultados en la presente ronda de negociaciones sobre el cambio climático, los países desarrollados deben mirar de frente su responsabilidad histórica, legal y moral, tomando la delantera en reducir en gran medida las emisiones y alcanzando en 2020 una reducción por lo menos del 40% sobre la base de 1990. Una meta por debajo de este nivel obstruirá el proceso de negociaciones. (Pueblo en línea) 06/08/2010