El pasado 19 de noviembre, Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, urgía a China desde Bruselas para que adoptase una actitud “responsable” en materia de préstamos a África, ya que su “generosidad” resultaba inquietante para los países occidentales. Según Zoellick se trata de tomar precauciones para evitar la repetición de “errores pasados”.