Las diferencias culturales complican las relaciones económicas China-Brasil

In Noticias, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

Existen malentendidos en ambas partes, pero la clave parece ser el tiempo y la predisposición a comprender la cultura local y las expectativas sobre los trabajadores. Los 17 mil millones de dólares invertidos por China en 2010 en Brasil pueden ser una razón para profundizar la comprensión mutua.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – China busca ampliar su presencia en Latinoamérica y fortalecer las relaciones comerciales con la región mediante la diversificación de sus importaciones y el impulso de la inversión.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), citados por la agencia AFP, las inversiones del país asiático en Latinoamérica se elevaron hasta más de 15 mil millones de dólares el año pasado, una tendencia que continuará, según numerosos analistas económicos.

Sin embargo, la llegada de inversiones y el asentamiento de empresas chinas en la región latinoamericana está encontrándose con varios desafíos, entre los cuales uno de los más complicados de resolver son las diferencias culturales.

En un reportaje de la agencia ‘Associated Press’, citado por ‘Univisión’, sobre la situación de los trabajadores brasileños en empresas chinas, se hacen patentes las diferencias existentes entre la mentalidad de trabajo de ambos países. Factores como la falta de vacaciones o la rigidez e inaccesibilidad de las jerarquías empresariales chinas son algunos de los elementos que más malestar causan a los brasileños que trabajan o tienen relación con compañías chinas en su país.

Como indica el reportaje, en Brasil las empresas chinas suelen contratar a trabajadores locales y no importan a trabajadores chinos, como hacen en otros países, ya que las autoridades brasileñas obligan, en cierta forma, a contratar a locales.

En el otro lado, las empresas chinas parecen tener problemas para adaptarse a la mentalidad del país en cuestiones como la existencia de derechos sindicales o la falta de puntualidad. Sobre las vacaciones, algunos de los empleadores chinos consultados por AP decían no entender “para qué” quieren días libres los trabajadores.

Sin embargo, según cifras de Conference Board, una firma estadounidense, los trabajadores brasileños resultaron en 2010 hasta un 30 por ciento más productivos que los chinos, aunque la productividad de éstos últimos crece el doble de rápido. Por otra parte, cifras de Michael Page International, citadas por AP, muestran que hasta un 42 por ciento de los ejecutivos brasileños que trabajan para empresas chinas cambian de trabajo en un año.

Obviamente, existen malentendidos en ambas partes, pero la clave parece ser el tiempo y la predisposición a comprender la cultura local y las expectativas sobre los trabajadores. Los 17 mil millones de dólares invertidos por China en 2010 en Brasil pueden ser una razón para profundizar la comprensión mutua.