BEIJING, 14 sep (Xinhua) — El presidente chino, Xi Jinping, mantendrá hoy lunes una reunión virtual con los líderes de Alemania y la Unión Europea (UE), un evento oportuno y crucial para conducir la asociación China-UE hacia un futuro más estable y maduro en un mundo donde las incertidumbres abundan.
Es la segunda reunión en tres meses entre los líderes de China y la UE, y el último capítulo de los intercambios a alto nivel frecuentes entre ambas partes, lo que demuestra la confianza sincera de Beijing y Bruselas en impulsar la cooperación a todos los niveles y construir un mundo más abierto y próspero.
Tras 45 años de relaciones diplomáticas, la cooperación entre China y la UE continúa cobrando impulso. El comercio bilateral y la inversión mutua crecen y los intercambios personales se enriquecen. Las dos partes, además, han estado en contacto estrecho para abordar asuntos de ámbito mundial.
La humanidad lucha para responder a una crisis de salud pública apenas vista en el último siglo, y la economía global sufre el impacto de la que es, quizás, la peor recesión económica desde la Gran Depresión de la década de 1930.
Desafortunadamente, en una época en que la cooperación y la solidaridad son más necesarias que nunca, el espectro del aislacionismo y el proteccionismo asoma su fea cabeza.
En este momento crítico, China y la UE, que representan en torno a una cuarta parte de la población mundial y una tercera parte del producto bruto mundial, deben redoblar los esfuerzos para avanzar en la cooperación y potenciar la coordinación a fin de gestionar mejor los retos que vendrán tras la pandemia.
La tarea más urgente de ambas es construir una asociación postpandémica para vencer al mortífero virus y conducir la economía mundial hacia la recuperación lo antes posible.
En un momento en que Gobiernos de todo el mundo tratan de reabrir sus países, las dos partes deben centrarse en cómo fortalecer su respuesta colectiva y coordinada para facilitar los movimientos interfronterizos de personas y mercancías, al tiempo que hacen todo lo posible para reducir al mínimo el riesgo de contagios. Para ello es necesario forjar una red multinacional de intercambio de información tanto de personas como de mercancías.
China y la UE deberían aprovechar al máximo sus ventajas respectivas y trabajar de forma incluso más estrecha para acelerar el desarrollo, la producción y la distribución de vacunas y tratamientos efectivos, y asegurar que esas herramientas salvavidas son accesibles y asequibles.
En el campo de la economía y el comercio -la piedra angular de sus relaciones-, Beijing y Bruselas tienen ante sí un futuro halagüeño. En 2019, el comercio bidireccional alcanzó los 710.000 millones de dólares, un crecimiento anual del 8 por ciento. Alemania, presidente rotatorio de la UE en la segunda mitad de 2020, es desde hace tiempo el mayor socio comercial de China en Europa.
A pesar de la pandemia, la cooperación económica y comercial entre ambas partes siguió siendo sólida en 2020. En los primeros ocho meses, hubo 7.601 viajes del servicio ferroviario de mercancías China-Europa, un 44 por ciento más que en el mismo periodo de 2019.
Con miras al futuro, es también importante que agranden su proporción de intereses compartidos. Por eso, deben aunar esfuerzos en las negociaciones sobre el tratado de inversión y buscar soluciones a los asuntos pendientes, para asegurar la conclusión oportuna de un convenio integral. Sobre esta base, se podría poner sobre la mesa el estudio de viabilidad de un acuerdo de libre comercio China-UE.
Así mismo, las dos partes deben trabajar juntas para abrir áreas nuevas de cooperación, como propuso Xi en la 22ª reunión de líderes China-UE en junio, en aras de forjar una asociación verde y digital a través del impulso de la cooperación en energías limpias, financiación sostenible, comercio digital y computación en la nube.
La última buena noticia para los inversores de la UE tuvo lugar en la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China a principios de este mes, cuando Beijing anunció nuevas medidas para seguir abriendo su mercado.
Entre ellas, desarrollar un sistema sobre listas negativas para gestionar mejor el comercio de servicios transfronterizo, seguir facilitando el acceso a los mercados al sector servicios y ampliar las importaciones de servicios de calidad.
En la escena internacional, China y la UE están desempeñando un papel importante en la protección de la paz y la estabilidad mundial, y en la mejora de la gobernanza global, con un rechazo conjunto al unilateralismo y el proteccionismo, su apoyo al liderazgo de la ONU y la OMS, y una respuesta a los temas mundiales más apremiantes, como la pandemia, el terrorismo y el cambio climático.
Para hacerlo, es indispensable que haya comunicación y coordinación. China y la UE deben tender un puente de comprensión recíproca para superar sus divergencias sociales y políticas y rechazar la xenofobia.
Los 45 años de relación entre China y la UE son una muestra de que ambas tienen mucho más en común de lo que las diferencias podrían sugerir. Es de esperar que puedan servir a sus propios intereses respetando las preocupaciones esenciales y legítimas de la otra parte.
En un momento en que la pandemia sigue asolando el mundo y la crisis económica mundial está lejos de terminar, el mundo urge más cooperación entre China y la UE. Juntas, deben luchar con uñas y dientes por el futuro de todos.