Nuevo embajador de EEUU en China tiene oportunidad única de hacer historia en medio de inquietante comparación histórica

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BEIJING, 7 feb (Xinhua) -- Una de las más complicadas cuestiones planteada con frecuencia por líderes políticos, diplomáticos y expertos del mundo de hoy en día tiene que ver con la transformación de China en el escenario global y las oportunidades y los riesgos asociados con este proceso histórico.


BEIJING, 7 feb (Xinhua) — Una de las más complicadas cuestiones planteada con frecuencia por líderes políticos, diplomáticos y expertos del mundo de hoy en día tiene que ver con la transformación de China en el escenario global y las oportunidades y los riesgos asociados con este proceso histórico.

En el centro de esta cuestión está el posible espacio para el desarrollo de las relaciones sino-estadounidenses en un mundo profundamente entrelazado y complicado.

Nunca ha sido fácil gestionar las relaciones de cooperación y competencia entre las potencias titulares y emergentes en la historia de la humanidad. En los últimos 100 años, el mundo ha sido testigo de dos devastadoras guerras mundiales debido al fracaso en el manejo de tales relaciones.

A medida que China continúa convirtiéndose en una potencia económica y política mundial en el siglo XXI, no pocos líderes políticos y expertos en asuntos internacionales están esbozando con inquietud un paralelismo histórico con los antecedentes de las Primera y Segunda Guerras Mundiales.

Aunque estas comparaciones inquietantes omiten la característica más notable de la transformación de China, que es fundamentalmente pacífica y acomodaticia, sí que hablan mucho de las preocupaciones subyacentes sobre el futuro de China y el mundo entero.

En este contexto, la ratificación por parte del Senado estadounidense de Max Baucus, este jueves, como el nuevo embajador de Washington en China, es de particular importancia tanto para los dos países como para el mundo.

Baucus, un senador veterano con profundos conocimientos de temas económicos y financieros, es un candidato bien acogido para el importante cargo dentro y fuera del país.

Su designación y confirmación podrían demostrar la disposición de Estados Unidos de aprovechar las grandes oportunidades de comercio e inversión en China, la economía principal con mayor crecimiento en el mundo.

Esto podría ser una buena señal. China y Estados Unidos, como socios comerciales principales, comparten muchos intereses económicos cruciales. Cuanto más se puedan beneficiar el uno del otro de su desarrollo, más fácil será gestionar sus complicadas disputas en otras áreas.

En lo que concierne a China, el historial de Baucus es un poco ambiguo. Por un lado, su apoyo al ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio, el cual ha demostrado ser uno de los acontecimientos más importantes en la transformación de China, no pasa inadvertido en esta parte del mundo.

Por otro lado, su apoyo a un «castigo» legislativo contra China por la supuesta manipulación de los tipos de cambio también ha suscitado quejas en el pasado.

Como nuevo embajador de Estados Unidos en China, Baucus seguramente vea las relaciones entre los dos países desde una perspectiva más amplia.

Y lo que es aún más importante, debería mantener la inercia positiva alcanzada por el presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, para la construcción de un nuevo tipo de relación entre grandes potencias que se caracteriza por la cooperación pragmática en lugar de competencia estratégica hostil.

Para conseguirlo, Washington y Beijing necesitan mayor confianza política mutua.

La relación bilateral será más tranquila y fructífera cuando China no sienta que Estados Unidos amenaza con contenerla y cuando Estados Unidos no encuentre motivo ulterior alguno por parte de China para socavar su liderazgo global.

Mediante la promoción del entendimiento mutuo y la mejora de la cooperación económica y estratégica entre Estados Unidos y China, Baucus tiene la preciosa oportunidad de ayudar a escribir un capítulo crucial en las relaciones internacionales e incluso en la historia de la humanidad.

Por el momento, esta tarea histórica parece disfrutar de un futuro mayormente brillante.