El otoño dorado de Beijing en octubre es una época de frescura. Es allí donde se celebró la II Cumbre de China, Japón y Sudcorea, acontcimiento que concita la atención mundial. Pese a que la reunión dure poco tiempo, sus resultados son fructíferos. Ha publicado la “Declaración Conjunta con motivo del X Aniversario de la Cooperación entre China, Japón y Sudcorea” y la “Declaración Conjunta sobre el Desarrollo Sostenido de China, Japón y Sudcorea”, y ha llegado a un acuerdo sobre las diez iniciativas de cooperación. Ha sintetizado las experiencias de su cooperación en los últimos diez años. Ha llegado a un nuevo consenso sobre la cooperación trilateral en los próximos diez años, y ha señalado la nueva orientación, e incrementado nuevas fuerzas motrices al respecto. Esto marca que estos tres países han dado nuevos pasos en su cooperación y han subido a una nueva escalera al respecto.
La presente cumbre es diferente de la primera reunión trilateral celebrada en el año pasado. Ya que tiene un trasfondo distinto y con nuevas características.
Primero, la presente cumbre se realizó en un contexto en que el Partido Democrático de Japón ha ganado por primera vez el poder. Durante su campaña electoral, Yukio Hatoyama manifestó que no visitaría el Santuario de Yasukuni, y después de asumir el poder, destacó la importancia de desarrollar un espíritu de “amistad” en la diplomacia. En los problemas de la historia señaló que el Gobierno del Partido Democrático tiene coraje para encarar la historia y heredar espírutu de la declaración del ex primer ministro Takeo Fukuda. Todo esto ha ganado apreciaciones positivas de los medios de China y Sudcorea, y contribuye a mejorar y potenciar las relaciones con China y Sudcorea y crear las condiciones de confianza política entre los tres países.
Segundo, en vísperas de esta cumbre, el primer ministro chino Wen Jiabao había realizado una exitosa visita a la República Popular Democrática de Corea. Intercambió en profundidad con Kim Yong Il, secretario general del Partido del Trabajo de la RPDC, sobre el problema nuclear de Corea, y llegó con él a un importante consenso. Esto es: la RPDC persiste firmemente en el objetivo de desnuclearización, y restaurar el diálogo multilateral, incluida la negociación a seis bandas conforme al desarrollo del diálogo coreano-norteamericano. Esto ha creado una oportunidad preciosa para restaurar la negociación a seis bandas a través de diálogos bilaterales entre partes interesadas, y sentar sólidas bases para ello. El presidente surcoreano Lee Myung-bak realizó hace poco tiempo un reajuste parcial de su política para con la RPDC, adoptando prácticas flexibles y pragmáticas para restaurar el turismo a Monte Geumgang y en el problema de la zona de desarrollo de Kaesong, así como en la ayuda humanitaria. En este encuentro China, Japón y Sudcorea han llegado a un ulterior consenso insistiendo en la desnuclearización de la Península Coreana a través de diálogo y de manera pacífica. Los tres países, junto con otras partes interesadas, harán esfuerzos mancomunados por restaurar cuanto antes la negociación a seis bandas. Esto es favorable para mantener la paz y la estabilidad del Nordeste de Asia y para construir una nueva Asia pacífica, armoniosa, abierta y próspera.
Es innegable que no es una tarea fácil materializar la integración económica del Este de Asia o la desnuclearización de la Península Coreana. Tropezarán con muchas dificultaldes y obstáculos, e incluso retrocesos. Pero la presente cumbre demuestra que los gobiernos de China, Japón y Sudcorea , sin temor ante las dificultades, afianzando su confianza, haciendo esfuerzos conjuntos, harán esfuerzos por avanzar para asegurar el desarrollo sostenible del Este Asiático, y reforzarán la seguridad sostenible en esta región a través de diálogos, consultas y cooperación pacífica. (Pueblo en línea)
12/10/2009