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Luego de que Estados Unidos, Corea del Sur y Japón rechazaran la invitación de China para retomar las conversaciones a seis bandas en Beijing, tras el letal intercambio de artillería entre ambas Coreas en la isla de Yeonpyeong, Washington está proponiendo negociaciones de alto nivel para el lunes entrante con sus aliados asiáticos, con vistas a conformar una estrategia de cara a una Corea del Norte con armas nucleares. Los estadounidenses, que en fecha reciente efectuaron amplias maniobras militares con Corea del Sur y Japón en el mar Amarillo, esperan apoyo surcoreano y nipón en la eventual reunión para criticar a China, a la cual acusan de ser demasiado suave con Pyongyang. (Por Li Hongmei)
Los tres aliados creen que presionando más a Beijing, éste terminará por plantarle cara a su amigo regional, por mucha hermandad que medie entre ellos, y que incluso acabará por dejarlo a su suerte, aislado y vulnerable.
Como parte de la tarea de colocar una cuña entre Beijing y Pyongyang, EEUU saca a relucir repetidamente las recientes filtraciones de Wikileaks, según las cuales un alto diplomático chino calificó el comportamiento norcoreano como el de “un chico majadero” que trata de llamar la atención de Washington. Otro despacho citó al funcionario en el sentido de que “puede que no nos guste (Corea del Norte, pero)… son nuestros vecinos.” Y todo esto, como bien resaltan medios de prensa de EEUU, en su inocultable ojeriza contra Corea del Norte, ocurrió antes de que se produjeran actos beligerantes como el hundimiento de un buque de guerra surcoreano – en el cual el Norte negó cualquier responsabilidad -, o se descadenara una andanada de fuego artillero contra la isla de Yeongpong, acto que echó por tierra los esfuerzos chinos de alcanzar una solución a la crisis nuclear.
A decir verdad, ni los propios funcionarios de EEUU se ponen de acuerdo entre ellos sobre la influencia que pudiera tener China sobre Corea del Norte, aunque algunos de ellos perciben tales vínculos como muy diferentes de los existentes entre EEUU y Corea del Sur, la cual se comporta como un peón más en el ajedrez geopolítico estadounidense, mientras que Corea del Norte ha estado pugnando por que China le reconozca sobre bases de igualdad. Pyongyang puede aceptar las ayudas chinas, pero nunca permite que China le trate con conmiseración. El Norte no es, y nunca será, tan sumiso como su rival meridional.
A juicio de observadores en terceras partes, China se encuentra actualmente atrapada en un dilema, al intentar tratar a ambas partes con igual respeto, sabiendo que es poco menos que imposible quedar bien con las dos. Corea del Norte es un amigo consagrado con lazos de sangre, mientras que EEUU y Surcorea son socios estratégicos y comerciales cada vez más importnates de China. (Pueblo en Línea)
14/12/2010