Percepciones globales sobre China: el informe del Pew Research Center

In Análisis, Política exterior by PSTBS12378sxedeOPCH

El pasado 18 de julio se hizo público el nuevo informe del Pew Research Center sobre percepciones globales, en esta ocasión muy centrado en la imagen global en relación a China y a Estados Unidos.

 

Se trata de una encuesta realizada en 38 países, y que ha investigado sobre las percepciones tanto sobre Estados Unidos como sobre China y, además, sobre muchos aspectos conexos con la valoración sobre estos dos países.

 

Sus resultados son muy interesantes y relevadores y han sido comentados en muchos medios de comunicación y revistas especializadas. Este análisis es más oportuno que nunca, si cabe, en un contexto en que, desde el año 2008, Estados Unidos ha venido sufriendo un cierto retroceso en su papel de líder económico global y China, en cambio, ha consolidado su papel de potencia emergente.

 

Mucho es lo que se viene escribiendo, desde hace un tiempo, acerca de ese posible relevo en el liderazgo mundial, de las dificultades en la relación entre ambos países, tanto a nivel bilateral como, sobre todo, en una escala más global, o sobre la necesidad de que China despliegue una diplomacia inteligente en un marco internacional que recela, de forma creciente, de su fulgurante ascenso.

 

De la misma forma, los resultados del informe del Pew Research Center nos aportan elementos para alimentar el debate que se viene desarrollando alrededor de la potencial dinámica de conflicto que subyace en los procesos históricos de  aparición de una potencia emergente que amenaza el status quo de una potencia consolidada.

 

Los resultados del trabajo indican, en lo esencial, un proceso de cambio en las percepciones mundiales en relación al liderazgo económico. Así, si en 2008, el 47% de los encuestados citó a Estados Unidos como país líder mundial y solo un  20% lo hizo a China, en 2013 nos encontramos con que esos porcentajes han variado a un 41% y 34%, respectivamente. Un cambio notable en un periodo de tiempo relativamente corto.

 

Más aún, en nada menos que en 23 de los 39 países donde se ha realizado la encuesta, se contesta que China ya es, o pasará a ser en un futuro próximo, la potencia líder a nivel mundial. Llama la atención que el porcentaje de personas que piensan de esta forma es muy alto en países cercanos a Estados Unidos como Canadá (67%), Alemania (66%), Australia (67%), Francia (70%) e, incluso, España (71%), siendo nuestro país el que registraría un porcentaje mayor en cuanto a personas que piensan de esta manera.

 

Otro de los resultados más notables de la encuesta es que este ascenso percibido de China como potencia líder, no es acompañado de una valoración positiva equivalente en cuanto a su imagen global. Aunque se perciben muchas diferencias por países, el resultado general indica que, mientras un 63% de los encuestados manifiesta tener una percepción global positiva de Estados Unidos, tan solo un 50% la tiene de China y que mientras que un 59% valora a Estados Unidos como “socio”, sólo un 39% considera a China como tal.

 

Vemos en estos resultados una primera lección clara y es que, si bien China ha avanzado mucho en su valoración como potencia (económica y política), es todavía percibida con  mucho recelo y no logra transformar ese liderazgo creciente en simpatías.

 

Este efecto, probablemente, esté muy relacionado con el atractivo que tiene Estados Unidos a nivel global y que contrasta con el no consolidado de China. Detrás de ello se sitúa el concepto de “soft power” que también es tratado en el trabajo. Así, en un análisis centrado en África y Latinoamérica (áreas donde la presencia china está siendo especialmente intensa en los últimos años), se detecta con claridad este problema. Con excepción de una valoración positiva de los “avances científicos y tecnológicos”, que son percibidos favorablemente para el caso chino, tanto en África como en América Latina, se registraban porcentajes muy bajos de valoraciones positivas en relación a aspectos claves del “soft power” como “música, películas y televisión” o “hábitos, ideas y costumbres”.

 

Los actuales gobernantes chinos, y también el anterior equipo dirigente, son muy conscientes de esta relativamente baja capacidad de influencia de China a nivel global y de la necesidad de seguir actuando en este ámbito para que el creciente poderío económico y político se transforme en percepciones globales más positivas. Pero, de alguna forma los resultados de este informe también nos dan algunas claves explicativas de las causas de este, todavía bajo, posicionamiento global.

 

Relacionado con ello podemos situar los bajos resultados que China obtiene en esta encuesta en relación a tres elementos clave: el primero sería el de su “soft power”, al cual ya nos hemos referido; el segundo sería el referente al respeto de las libertades personales, ya que solo el 36% de los encuestados considera que China respeta estas libertades; y, en tercer lugar podemos situar la percepción que se tiene sobre si China es un país que tiene en cuenta otros intereses además de los propios, parámetro en el que un 63% considera que China no considera los intereses de terceros. La combinación de estos tres elementos, junto con otras causas, puede ser parte explicativa de los niveles de relativa falta de simpatía hacia el país.

 

Más allá de estos datos que se reseñan, el informe contiene mucha información sobre los resultados obtenidos a nivel de cada país encuestado. Por ello, el interés del Informe reside en que sea analizado en su totalidad, más aún cuando hay grandes diferencias en las percepciones de cada país, tanto frente a China como frente a Estados Unidos. De ello surgen muchas lecturas y conclusiones que alcanzar.

 

La comparación que el informe realiza entre Estados Unidos y China es muy pertinente dada la dinámica geopolítica actual. También lo es el análisis de los resultados de cada país, ya que detrás de ello siempre puede haber explicaciones derivadas de las relaciones bilaterales, lo que se hace muy evidente en el caso de Japón (con el nivel más bajo de opiniones favorables a China, 5%), entre otros.

 

A la hora de hacer la lectura del informe no se debe dejar de tener muy presente que sus resultados salen de un ejercicio de encuestación, es decir que se basa en opiniones subjetivas. Frente a los resultados de este trabajo, no son pocas las opiniones cualificadas que ponen en duda esta dinámica de reemplazamiento de Estados Unidos como principal potencia económica global. El hecho de que haya relativo consenso en que China desplazará a Estados Unidos, antes o después, como principal economía del planeta, no significa que la capacidad de influencia global, y por tanto de liderazgo, vaya también a ser traspasada. Los mismos gobernantes chinos son muy conscientes de la brecha que todavía les separa de las economías más desarrolladas (en términos, no solo de riqueza por habitante, sino también en términos de gobernanza económica, entre otros) y del camino que todavía tienen que recorrer.

 

Mención especial merece el realizar un breve análisis de los resultados referidos al caso concreto de España en relación a las percepciones hacia China. El primer dato destacable sería el aumento, entre 2007 y 2013, de 9 puntos (de un 39% a un 48%) en el resultado de valoraciones positivas hacia China en nuestro país.

 

Y junto a este, el otro dato más relevante sería el de que España es, de entre los 39 países tratados (con un 71% de respuestas a favor), el país en el que se produce el porcentaje más alto de personas que consideran que China ya es o pasará a ser la principal potencia mundial. Hay que tener presente que, en el año 2008, ese porcentaje era del 57%, lo que nos indica, de nuevo, una fuerte progresión.

 

Preguntados sobre quien es la principal potencia económica mundial, los españoles respondieron en un 56% que China y tan solo en un 27% que Estados Unidos, lo que apuntala esa percepción del liderazgo económico percibido a favor de China. Estos resultados son, en todo caso, muy similares a los de nuestros socios comunitarios. Ello puede ser consecuencia, entre otras razones, de esa percepción de que la crisis ha debilitado a Estados Unidos y a las economías occidentales, frente a China, cuyo dinamismo ha quedado más patente, si cabe, confrontado a nuestras dificultades.

 

Como corolario de esta breve nota sobre el informe del Pew Research Center, es muy interesante destacar algunas reacciones de la prensa china en relación a sus resultados y, en especial, a esa visión de liderazgo percibido de China al que no acompaña una corriente de simpatía. En este sentido, el diario “Global Times”, marcadamente nacionalista, publicó un editorial el día 20 de julio con el título “Los amigos de China se incrementarán con el crecimiento económico”. En su mensaje principal, el diario no dejaba de mostrar cierta preocupación por la escasa corriente de simpatía que se asocia al ascenso de China al papel de principal potencia, pero indicaba que ello no debe distraer a China de su principal reto, que es el de generar desarrollo económico (“development is more important than friend-making”) y su convicción de que un proceso de desarrollo constante hará que crezcan las simpatías con el tiempo.

 

En conclusión, el Pew Research Institute nos ofrece una investigación que es muy útil en el momento actual. Hace algunos años, cuando empezaba a hacerse patente que China tomaría, algún día, el relevo de Estados Unidos en el orden económico y que su influencia global sería creciente, la cuestión clave era saber cual era la visión que China tenía del mundo. En ese contexto se situaba, por ejemplo, un especial de The Economist en marzo de 2009, con el título, “How China sees the World?”.

 

Pero, en las circunstancias actuales, ante la emergencia China y ante su nuevo papel a nivel global, se hace igualmente necesario disponer de pistas sobre la forma en que el mundo percibe a China. Y, en este sentido, este trabajo y sus resultados nos dan algunas pistas muy válidas que, a pesar de basarse en percepciones individuales, o precisamente por ello, nos permiten sacar interesante conclusiones.