Según una encuesta de una compañía de cosméticos de ese país, las mujeres niponas de 20 a 30 años de edad gustan de imitar los dibujos animados, por lo que suelen maquillarse para resaltar la pueril ingenuidad de los mohínes con que adornan sus rostros. Los hombres también siguen esta moda. Así, se les ve en programas televisivos pegando atractivas calcomanías a sus teléfonos celulares, o colgando pequeños juguetes de sus mochilas, en evidente ostentación de ingenuidad.
¿Por dónde anda el cociente intelectual japonés? En el mundo no hay otra nación que iguale a Japón en la búsqueda de la perfección.
Según una encuesta de una compañía de cosméticos de ese país, las mujeres niponas de 20 a 30 años de edad gustan de imitar los dibujos animados, por lo que suelen maquillarse para resaltar la pueril ingenuidad de los mohínes con que adornan sus rostros. Los hombres también siguen esta moda. Así, se les ve en programas televisivos pegando atractivas calcomanías a sus teléfonos celulares, o colgando pequeños juguetes de sus mochilas, en evidente ostentación de ingenuidad.
Según recientes comentarios de analistas japoneses, estas conductas demuestran que la nación atraviesa por un proceso de debilitamiento del cociente intelectual.
En su obra “Sociedad de bajo cociente intelectual”, el famoso experto japonés en administración y estrategia económica Kenichi Ohmae, atribuye los diversos problemas causados tras el fracaso de la burbuja económica en su país al “debilitamiento común del cociente intelectual”. Su opinión ha tenido amplia repercusión entre diversos sectores sociales.
A este tenor, el país se ha visto inmerso en preocupantes fenómenos sociales, tales como la fiebre por comprar alimentos dietéticos o el uso excesivo de los teléfonos móviles, según el experto.
Kenichi Ohmae afirma que esta actitud y práctica pasivas han dado origen a unos cien millones de “analfabetos económicos” japoneses, idiotizando a buena parte de la población, lo cual explica en buena medida la recesión económica que vive Japón. Los jóvenes de hoy sólo se preocupan de lo que acontece en un radio de tres metros a su alrededor, agrega.
La política constituye un micromundo representativo de la sociedad, por lo que la continua alternancia de primeros ministros japoneses en los últimos tiempos da mucho que pensar. Si se observa la actual sociedad nipona no será difícil comprender qué hay detrás del efímero paso de estos políticos por el poder, dice Kenichi Ohmae. La pereza conduce a la pérdida del anhelo de superarse. En una sociedad marcada por un cociente intelectual que va cada vez más de capa caída, los beneficiados son los fuertes, los inversionistas extranjeros y los fondos de inversión, añade Ohmae, a la vez que exhorta a sus connacionales a poner a prueba y elevar su capacidad mental. (Pueblo en Línea)
02/11/2010