Ante las turbulencias en las relaciones internacionales y la crisis económica que se está extendiendo a muchos países occidentales, China y Portugal dan un paso más en la intensificación de sus relaciones económicas y políticas. Portugal da ejemplo al ser el primer país de la Unión Europea en enviar una delegación gubernamental de alto nivel a China (encabezada por el Ministro de Estado y Asuntos Exteriores, Paulo Rangel), después de las reuniones de los 2 órganos más importantes del Estado chino: la 14ª Asamblea Popular Nacional (ANP, el máximo órgano legislativo de China), y la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh, el máximo órgano asesor político de China), abreviada como las «Dos Sesiones».
El programa de la visita del ministro portugués a China fue amplio y bastante completo. Incluyó reuniones con altos funcionarios del Gobierno de China y del Partido Comunista de China (a saber, el viceprimer ministro chino Ding XueXiang, el ministro de Relaciones Exteriores y miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China, Wang Yi, y el director general del Departamento Internacional del Partido Comunista de China, ministro Liu Jinchao), y geográficamente, afectaba a la capital, Beijing, la provincia de Hainan y las dos Regiones Administrativas Especiales de Macao y Hong Kong.
Temáticamente, fue una visita muy rica, porque además de la visita protocolar con el rector de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing (BFSU), Jia Wenjian, Paulo Rangel dictó la conferencia «Lengua y Cultura Portuguesa», para los estudiantes y profesores de la universidad de lenguas extranjeras más grande de China. También es muy pertinente la participación en la conferencia anual «Boao Forum for Asia 2025», «Strengthening AI Application and Governance for Innovation-Driven Development», celebrada en la provincia china de Hainan, que tiene como objetivo promover y profundizar la cooperación económica y la coordinación entre Asia y otras partes del mundo.
El Ministro Paulo Rangel finalizó su visita a China el viernes 28 de marzo en Macao y Hong Kong, donde se reunió con las más altas autoridades de la RAE de Macao y con representantes de las asociaciones comunitarias portuguesas y visitó la Escuela Portuguesa de Macao.
Consideramos que esta visita del Ministro de Estado y de Asuntos Exteriores del gobierno de Portugal fue muy importante para contribuir, por un lado, a renovar el acercamiento de Portugal a China (hacía más de 5 años que no se visitaba oficialmente el gobierno chino en Pekín y al más alto nivel); y, por otro lado, señalando un cierto cambio en la relación exterior de la UE con China.
Portugal, al igual que los gobiernos de la UE, ha retrocedido en la autonomía de su política exterior al ceder a la orientación de las administraciones estadounidenses (republicanos y demócratas de desacoplamiento de China). La Unión Europea ha acordado imponer a sus países la política de relativa oposición a China, a la que denomina Reducción de Riesgos frente a China (Dirisking). En este contexto, la UE, basándose en argumentos ideológicos, acordó suspender el Acuerdo Global sobre Inversiones, que la Comisión Europea había negociado durante 7 años y que anteriormente había declarado como el mejor acuerdo jamás firmado con China.
Los 500 años de intensas y pacíficas relaciones de Portugal con China y la existencia de la comunidad macaense y portuguesa en Macao deben inculcar en los gobiernos de Portugal la responsabilidad permanente y la necesidad de profundizar las relaciones con China, respetando la no injerencia en los asuntos internos de cada nación. Sin embargo, la alineación con la política de EE. UU. y la UE llevó a Portugal a no implementar la mayoría de los acuerdos firmados durante la visita de Estado del presidente Xi Jinping a Portugal en 2018.
La política actual del gobierno de Estados Unidos, al negarse a defender militarmente a sus aliados tradicionales e imponer sanciones a Europa (a través del aumento de los aranceles), lleva a algunos países europeos a diversificar sus relaciones económicas, especialmente con China.
Así, en el contexto del 20º aniversario del establecimiento de la asociación estratégica integral China-Portugal y del 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y la Unión Europea (UE), además de la visita del Gobierno de Portugal, también están previstas para esta semana las visitas del Ministro de Asuntos Exteriores francés y del Presidente del Parlamento italiano a las autoridades chinas.
Fue importante que el gobierno chino celebrara el segundo diálogo estratégico China-Portugal, a nivel de los ministros de Relaciones Exteriores, Wang Yi y Paulo Rangel (25 de marzo). El ministro portugués reafirmó el éxito en Macao de la práctica de «un país, dos sistemas» y se adhiere firmemente a la política de una sola China. Paulo Rangel también dijo que «la inversión china ha desempeñado un papel importante en el desarrollo económico y social de Portugal», que el país «está dispuesto a fortalecer la cooperación con China» e invitó a las empresas chinas a invertir más en Portugal en los sectores de «economía, comercio, energía, salud, finanzas, infraestructura y transformación verde».
Wang Yi dijo que China está lista para trabajar con Portugal, como socios estratégicos, para construir una relación de confianza, estable, fructífera y dinámica.
El ministro Wang presentó el proceso de modernización chino como un beneficio mutuo, basado en la cooperación de beneficio mutuo, que brindará «más oportunidades para Portugal y otros países del mundo». Tras los elogios de Xi Jinping a Macao, durante su visita del 20 de diciembre, Wang Yi reafirmó la importancia de «Macao como puente para impulsar el desarrollo de las relaciones bilaterales», así como con los países de habla portuguesa.
Wang Yi elogió la sabiduría política de Portugal en la negociación del regreso de Macao a la Madre Patria, destacándola como un ejemplo «para resolver los problemas dejados por la historia a través de consultas amistosas».
Creemos que la profundización de las relaciones entre Portugal, Europa y China contribuirá a abordar los desafíos globales (como el cambio climático, la pobreza y la guerra), hacia una sociedad más justa, próspera y de futuro compartido para la humanidad.
