Rinde frutos la política exterior proactiva del presidente Xi

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(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- El primer año del presidente chino, Xi Jinping ha sido uno de los periodos más activos de la política exterior de China. Al defender una política exterior proactiva, Xi ha inyectado una enorme energía en la diplomacia china, aunque también debe asegurar que no resulte en conflictos innecesarios con países vecinos, puesto que no le gustaría que su política exterior perturbe las dos metas principales de reformas económicas y elimar la corrupción.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN)- El primer año del presidente chino, Xi Jinping ha sido uno de los periodos más activos de la política exterior de China. Al defender una política exterior proactiva, Xi ha inyectado una enorme energía en la diplomacia china, aunque también debe asegurar que no resulte en conflictos innecesarios con países vecinos, puesto que no le gustaría que su política exterior perturbe las dos metas principales de reformas económicas y elimar la corrupción.

Aunque las políticas proactivas nacionales de Xi muestran que es un líder con un entusiasmo misionario, también ha emergido igualmente poderoso en la escena internacional. El año pasado, visitó 14 países y asistió a media docena de foros multilaterales que incluyeron varias reuniones bilaterales al margen. Su primer año en el cargo como presidente muestra un patrón en sus visitas al extranjero: están destinadas a evolucionar a un nuevo tipo de relación de poder importante.

En un nivel más amplio, Xi busca proyectar sus políticas exteriores como la locomotora de su sueño chino de rejuvenecimiento nacional, mejora de la vida de las personas, prosperidad general, construir una mejor sociedad y reforzar al ejército.

La primera visita de Estado de Xi a Rusia, a una semana de haberse convertido en presidente en marzo del año pasado, provocó especulación, sobre todo porque Beijing y Moscú han estado cooperando más estrechamente en muchos campos y con frecuencia forman el baluarte contra el gigante político liberal de las potencias occidentales.

En vista de que Estados Unidos ha anunciado su política de “pivote a Asia” en 2011, China y Rusia acordaron “apoyar determinantemente al otro en los esfuerzos de proteger la soberanía nacional, seguridad e intereses de desarrollo”. Al hacer esto, China dejó en claro que puede construir sus propias fuentes de apoyo para contrarrestar la creciente participación de Estados Unidos en la región.

La visita de Xi a Rusia a sólo ocho días de convertirse en el presidente de China, causó que los observadores preguntaran cuándo visitaría Estados Unidos. Pero incluso su visita a Rusia no fue un asunto pendiente. Sus visitas a Tanzania, la República del Congo y Sudáfrica, donde Xi asistió a la quinta cumbre BRICS, fueron parte de su primer viaje al extranjero como presidente. Pero, Xi no escogió a Estados Unidos posteriormente para su siguiente visita. En vez de ello viajó a Trinidad y Tobago, Costa Rica y México.

Xi y el presidente estadounidense Barack Obama finalmente se encontraron en una cumbre en Sunnylands, California, en junio. En aquella reunión, Xi refutó las alegaciones de Washington de terrorismo cibernético, que fueron seguidas por la revelación del programa mundial de espionaje estadounidense por parte de Edward Snowden. La mayoría de los comentarios en los medios vieron esto como un desarrollo que cambió el juego para el nuevo líder chino.

Sin embargo, a largo plazo, la reunión Xi-Obama sentó las bases para el desarrollo de un “nuevo tipo de relación de poderes” en la cual Washington respalda el rol más proactivo de Beijing en tanto que encaje en las estrategias de Washington de compartir las cargas. Un ejemplo de este nuevo tipo de relación es la ayuda de China para sacar las armas químicas de Siria para su destrucción.

El primer año de Xi en el cargo también parece una mejora en las relaciones sino-francesas. De hecho, China y Francia celebrarán 50 años de relaciones este año. Las relaciones entre ambos países habían sufrido un revés cuando el expresidente francés Nicolás Sarkozy ignoró la advertencia de China y se reunió con el Dalai Lama.

No obstante, la visita de Francois Hollande a China en abril del año pasado, la primera de un líder de una de las principales potencias occidentales luego de que Xi tomara el cargo, cambió las ecuaciones, que se volvieron más favorables luego de que el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault visitara Beijing en diciembre. Para que Francia, al igual que Italia y Alemania, quieren utilizar su compromiso económico con China para acelerar su cambio económico. La próxima semana, el presidente Xi visitará Europa, lo que sin duda unirá los logros de los lazos sino-europeos del año pasado.

En el vecindario de China, dado el impacto de la política estadounidense de “pivotear Asia”, Xi parece haber adoptado una estrategia de dos frentes de compromiso y no compromiso. El anuncio de China de una Zona de Identificación de Defensa Aérea sobre el Mar de China del Este y una “zona de no pesca” en el Mar de la China Meridional han sido acompañados por un programa de diez puntos con Vietnam, que habla de la colaboración en seguridad y exploración de gas conjunta en el Golfo de Tonkin. Y la “ofensiva de encanto” de China, de revivir la Ruta de la Seda y la “Ruta Marítima de la Seda” a través de Asia y el Sureste y sur de Asia ha presenciado la firma de una serie de acuerdos de libre comercio, de inversión y construcción de infraestructura.

Xi también prestó atención a los vecinos de China, visitando Kazajistán, Uzbekistán, Turkmenistán y Kirguistán en septiembre. Durante el viaje, Xi asistió a la octava cumbre del G20 en San Petersburgo y la Decimotercer Cumbre de Organización de Cooperación de Shanghái en Bishkek, donde también sostuvo encuentros bilaterales con otros líderes regionales.

En octubre, Xi visitó Indonesia y Malasia y asistió a la reunión APEC en Bali, donde de nuevo realizó reuniones bilaterales. En efecto, la ausencia de Obama (debido al cierre del Gobierno) en Bali, hizo de Xi el dignatario más visible con una actitud positiva para las relaciones entre China y los países del ASEAN.

El hecho de que alrededor del mismo tiempo el primer ministro Li Keqiang, se encontrara en Brunei para asistir a la Cumbre del Este de Asia, que fue seguida por visitas a Tailandia y Vietnam, hizo de China el sabor del momento.

Pero más que nada, la formación de la Comisión de Seguridad Nacional destaca como la más nueva contribución de Xi el año pasado. Dirigida por Xi, Li y Zhang Dejiang, presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, la APN está destinada a fortalecer el control civil sobre los componentes del ejército y la seguridad (especialmente la ciberseguridad) de la política exterior.

Estos desarrollos indican cómo el liderazgo de China bajo Xi, utilizará las políticas exteriores e interiores para resolver los formidables retos de la nación, incluyendo aquellos concernientes a los lazos sino-indios.