En Asia Central, la República Popular China está comenzando a plantear una nueva forma de relación que ha ido desde el reconocimiento, a inicios de los 90, de espacios para varios postulantes a una abierta competencia en contra de las potencias extra regionales presentes en este escenario, esfuerzo del que por ahora se excluye a Rusia, con la que mantiene una estrecha cooperación. En una primera etapa, China apostó solamente por intervenir en el sector energético de sus vecinos, sin embargo, en estos momentos está haciéndolo, y de manera creciente, en todos los segmentos de sus economías lo que se incrementará de manera sustancial una vez entre en ejecución el megaproyecto que impulsa desde la OCS. No obstante, en Asia Central persiste un evidente recelo y un sentimiento de peligro ante el crecimiento del poderío chino, contra lo que no ha podido ni el sistemático esfuerzo del gobierno de ese país por trocar en simpatía la predisposición anti china de no pocos pobladores de la región. Beijing aplica una estrategia diversificada y flexible para vencer dichas resistencias.