Filipinas está desplegando tácticas dobles en una disputa territorial con China en el Mar Meridional de China.
Filipinas está desplegando tácticas dobles en una disputa territorial con China en el Mar Meridional de China.
Por un lado, a través de la adopción de la estrategia de «mano suave» Filipinas remitió a principios de este año la disputa en el Mar Meridional de China al arbitraje del tribunal de las Naciones Unidas.
Por otro lado, Manila está asumiendo un enfoque de «línea dura» al solicitar ayuda militar de Estados Unidos e incluso de Japón. En respuesta, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, viajó el jueves a Filipinas con el fin de sellar un acuerdo para incrementar los despliegues rotatorios de las tropas estadounidenses en Filipinas.
Las tácticas duales han mostrado un intento deliberado de Manila de buscar por todos los medios de ocupar las islas y arrecifes propiedad de otros países en el Mar Meridional de China, pero esas tácticas están condenadas al fracaso.
Con respecto a las tácticas de «mano suave» de promover el arbitraje en la Haya, la acción es una flagrante distorsión de la ley internacional y constituye un enfoque equivocado para resolver la disputa.
El tema central de la disputa del Mar Meridional de China entre China y Filipinas es la ocupación ilegal de Filipinas de algunas islas y arrecifes de las islas Nansha de China. Por ello, no existe una base legal para que Filipinas presente esos reclamos.
Como las disputas territoriales respecto a las islas y arrecifes siguen pendientes, los procedimientos de solución de disputas obligatorios, como están contenidos en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), no deben aplicarse.
Asimismo, en 2006, el gobierno chino hizo una declaración de conformidad con UNCLOS, excluyendo las disputas respecto a temas como los relacionados con la delimitación marítima de los procecedimientos de solución de disputas obligatorios, incluido el arbitraje. Esta declaración es legítima, pública y efectiva, y merece el respeto debido.
Al rechazar la solicitud de arbitraje de Filipinas, China está ejerciendo su derecho legítimo, como una materialización del régimen de la ley.
Para el enfoque de línea dura, además de buscar la presencia militar de Estados Unidos, Manila está modernizando su propia armada al comprar a Japón 10 nuevos botes patrulla.
No obstante, la historia ha demostrado reiteradamente que buscar la intervención militar externa no sólo sería contraproducente para solucionar las disputas con los vecinos, sino también al final es dañina para uno mismo.
En síntesis, al recurrir a tácticas duales, Manila no logrará nada.
El enfoque correcto para Manila sería sentarse y sostener conversaciones y consultas bilaterales con China para solucionar la disputa pacíficamente.
Esta será la única opción viable y apropiada para que Filipinas garantice sus propios intereses. Fi