China es un actor internacional de creciente importancia, aunque subsisten grandes diferencias de apreciación acerca de su realidad actual cultural y potencial en los procesos políticos y económicos internacionales. Su mayor característica respecto a los principios de su política exterior es su estrecha relación con la realidad de su sociedad y por ende con los valores y principios que rigen su actual modernización. Para entenderla en su sentido más holístico y correcto se debe recurrir a la interacción entre “tradición” y “cambio” de sus valores culturales que son los que definen la sociedad y la forma de política como consecuencia de esta. Estos valores integran la noción de “China-Centro” definidas en lo que se denomina sistema Tian Xia que ha generado el “socialismo con características chinas” donde a diferencia de los modelos occidentales no existe la separación institucional de la economía de la esfera social y política.