Una nueva perspectiva para las relaciones sino-japonesas

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El 29 de agosto Yoshihiko Noda fue electo a la cabeza del partido democrático de Japón y mediante el nombramiento de la Dieta se convertirá en el nuevo primer ministro. Una vez en el cargo, una de los primeros problemas que deberá enfrentar es cómo manejar las relaciones sino-japonesas. Por Ye Xiaowen.


Un mensaje para el nuevo primer ministro: Japón y China están separados por un hilo de agua, por eso hay que pensar en las relaciones bilaterales con perspectiva.

¿Qué perspectiva? Por lo menos no podemos solamente ver el archipiélago japonés o China, sino hay que considerar una perspectiva de Asia Oriental, o incluso a nivel del continente entero.

 

¿Cuán lejos hay que mirar? Bien, por lo menos no hay que mirarnos a nosotros mismos, sino también la perspectiva para las generaciones futuras.

 

Cien años atrás, Japón salió de Asia y miró a Europa como modelo de desarrollo exitoso.¿Considera Japón volver a Asia y ver a sus vecinos como compañeros, tomando a la paz como algo preciado, y así revitalizarse y continuar desarrollándose? Asia no sólo tiene una gran población y un gran mercado, sino también tiene la capacidad de crear y dominar una variedad de tecnologías avanzadas y convertirse en la fuente de vitalidad para la economía mundial. En el 2010, la contribución de Asia en el crecimiento de la economía mundial superó el 45%. Algunos visionarios ya han hecho un llamado para “volver de 150 años de darle la espalda a Asia y sólo ver a Europa, y poner la mirada sobre el continente para poder lograr un cambio”.

 

Para lograr una mejor perspectiva hay que subir, es decir hay que pisar firmemente y considerar los intereses económicos comunes. Además, hay que mirar a lo lejos. Para ello hay que aumentar nuestro campo de visión y ver nuestra profunda base cultural en común.

 

¿Tomará China el camino del desarrollo pacífico? Si Japón se limita a juzgar a partir de su propia historia, entonces es fácil equivocarse. De hecho, después de la Restauración de Meiji, Japón tomó el camino del expansionismo y de invasión en el extranjero, lo cual trajo grandes penurias a los países asiáticos. Pero de la depredación y el crecimiento expansionista característicos del período temprano de la revolución industrial, hemos pasado a una revolución tecnológica e informática, y necesitamos de la complementariedad y el desarrollo sostenible que exige la economía ecológica.

 

En general, la innovación tecnológica significa grandes costos y por eso requiere de un gran apoyo económico. Mientras mayor es la demanda del mercado, menor es el costo por unidad y mayor es el incentivo para la innovación. China tiene una población enorme, un gran mercado y una fuerte demanda interna. Mientras que la región oriental del país lleva la delantera en el desarrollo, también le sigue el resto del país, que a su vez representa un crecimiento del mercado interno. Esto permite que el costo de la tecnología disminuya y impulse un efecto en cadena de innovación tecnológica. El desarrollo del sector terciario y de una moderna industria de servicios, junto con el gran desarrollo del oeste del país, también pueden absorber la mano de obra excedente, producto de la innovación tecnológica. Por lo tanto, mediante la revolución tecnológica e informática que trae aparejado un nuevo tipo de industrialización, y una transformación del modelo económico para lograr un desarrollo sostenible, China no tiene la necesidad de seguir el camino expansionista de algunos países desarrollados.

 

El volumen de las economías de China y Japón es muy grande y también existe una fuerte complementariedad. Siendo el mayor país en vías de desarrollo, China necesita de los productos de alta tecnología de Japón, así como necesita aprender de Japón en muchos aspectos. Japón, que ha construido su país a través del comercio y la tecnología, también necesita del mercado chino con su gran potencial y proximidad. Además necesita de los productos de uso cotidiano de bajo costo provenientes de China. El desarrollo de una economía de bajo consumo de carbono y el mantenimiento de la seguridad financiera requieren de la cooperación bilateral.

 

China no amenaza a nadie, ni teme las amenazas de nadie. La solución pacífica de los altercados es un principio del desarrollo de China. Si ahora no lo entienden, lentamente lo irán entendiendo. Si existen dudas, esperen y vean.

 

Las culturas china y japonesa son muy similares y hay muchos puntos en común entre ellas. Por ejemplo, el intercambio cultural budista entre ambos países tiene su raíz en una creencia en común y una larga historia de aprendizaje mutuo. Después de la Segunda Guerra Mundial, el budismo fue de gran ayuda para abrir las puertas al intercambio amistoso y reparar los sentimientos entre los pueblos chino y japonés. Cada vez que hay dificultades en las relaciones sino-japonesas, la fuerza cultural se pone de pie. Siempre hay un viento de primavera que sopla a ambos lados del mar. Siempre está el mar, cuyas aguas comunican y no separan a ambos países.

 

La historia no puede olvidar que el odio no puede continuar. Afortunadamente, Japón y China han tenido un largo intercambio cultural. Un poco más de comunicación ayudará a cambiar la perspectiva, equilibrar racionalmente las consideraciones sobre los asuntos y mejorar la confianza política mutua. De esta manera, lograremos ser menos impetuosos y superficiales en nuestros juicios.(Pueblo en Línea)

 

30/08/2011

 

(El autor es comentarista del Diario del Pueblo y miembro del Comité de Amistad Sino-Japonesa del siglo XXI)