El rechazo de Islandia a la inversión china, una cuestión de prejuicios, según Huang Nubo

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El viernes pasado, las autoridades islandesas cerraron la puerta a la petición de Huang para adquirir los 300 kilómetros cuadrados en el noreste de la isla por 8,3 millones de dólares). El proyecto preveía convertir la granja en un complejo vacacional. Algunos medios occidentales afirmaron que la compra de la granja daría a China una presencia estratégica en el Ártico.


(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Prejuicio y proteccionismo. Son las únicas razones con las que Huang Nubo puede explicar el hecho de que Islandia rechazara su oferta de compra de terrenos en la isla nórdica, según afirmó ayer domingo este empresario chino, informa ‘Global Times’.

Huang es el presidente de Zhongkun Investment. El viernes pasado, las autoridades islandesas cerraron la puerta a la petición de Huang para adquirir los 300 kilómetros cuadrados de la granja Grimsstadir en el noreste de la isla por una cuantía de mil millones de coronas islandesas (8,3 millones de dólares). El proyecto preveía convertir la granja en un complejo vacacional con hotel, campo de golf y pista de carreras con una inversión de 200 millones de dólares.

“Estaba bajo shock cuando denegaron mi compra, y su razón para rechazarla fue absurda, porque me dijeron algo totalmente distinto antes de presentar mi petición”, cuenta en ‘Global Times’.

El ministerio de Interior en Reikjavik alegó que se incumplían ciertos requisitos legales exigidos para las ventas de terrenos a compañías de fuera de la Zona Económica Europea, incluyendo la exigencia de que el director de la empresa sea ciudadano islandés con residencia permanente o de al menos cinco años en el país, y que al menos el 80 por ciento de las acciones de las firmas compradoras sean propiedad de nacionales del país nórdico.

Huang recuerda que durante los contactos previos, el único requisito que se le exigió de parte de las autoridades islandesas fue que la empresa debía estar registrada en Islandia y que al menos dos tercios de los empleados debían ser ciudadanos islandeses. La petición fue presentada en agosto. “Parece ser que Islandia no tiene normas claras y concretas sobre la venta de terrenos. Si lo hubiera sabido no habría gastado tanto tiempo y dinero en el caso”, afirma.

La oferta de compra causó controversia en algunos medios occidentales, que afirmaron que la compra de la granja, que equivalía a un 0,3 por ciento del territorio total de Islandia, daría a China una presencia estratégica en el Ártico, donde un buen número de países, incluyendo Estados Unidos y Rusia, han estado compitiendo por territorio, recursos y el futuro control de las rutas de transporte.

Estas especulaciones sobre la “mano oculta” del gobierno chino se agravaron debido al currículum de Huang, que trabajó para el Departamento de Propaganda del Comité Central del Partido Comunista Chino y en el Ministerio de Construcción de China en la década de 1980 y principios de 1990.

Huang reitera que su inversión no tenía intenciones políticas y afirma que el fracaso de su intento es una muestra de las injusticias y los prejuicios a los que se enfrentan los inversores chinos en el extranjero cuando intentan realizar adquisiciones. “Eres bienvenido si quieres emigrar o comprar viviendas y bienes de lujo, pero si quieres implicarte en algo relacionado con los recursos naturales, no eres bienvenido aquí”, dice el empresario.

Huang cree que este caso es una mezcla de los “dobles estándares” de países occidentales, que mientras ponen barreras comerciales contra los inversores chinos, exigen a China que sea más abierta. También habla de factores internos de Islandia, como las luchas entre varios partidos políticos.

Liu Baocheng, director del Centro para la Ética de los Negocios Internacionales de la Universidad de Negocios y Economía Internacional, indicó a ‘Global Times’ que para tener éxito en las inversiones en el extranjero, las empresas chinas deben aprender a ser modestas, estudiar con detenimiento las leyes, sistemas políticos y valores culturales del lugar y mantener una comunicación efectiva con los locales.