El ex vicepresidente de la Comisión Militar Central de China Xu Caihou ha confesado haber aceptado sobornos, anunciaron hoy fiscales militares.
El ex vicepresidente de la Comisión Militar Central de China Xu Caihou ha confesado haber aceptado sobornos, anunciaron hoy fiscales militares.
Los fiscales militares han concluido su investigación sobre el caso de corrupción de Xu y han puesto en marcha el procedimiento para juzgarlo, de acuerdo con un comunicado de la fiscalía militar.
Se descubrió que Xu se había aprovechado de su cargo para ayudar a ascender a otras personas, aceptó grandes sobornos personalmente y a través de su familia y buscó beneficios para terceros a cambio de sobornos. La suma de los sobornos es «sumamente grande», indica el comunicado.
El Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) expulsó a Xu del PCCh y entregó su caso a los fiscales en junio en una reunión presidida por el presidente chino, Xi Jinping. Xu estaba bajo investigación desde marzo.
Xu, de 71 años de edad, fue vicepresidente de la Comisión Militar Central del 2004 al 2012 y se convirtió en general en 1999. Xu ha sido destituido del servicio militar y se le despojó de su rango de general.
A Xu se le diagnosticó cáncer de vejiga en febrero de 2013 y sigue bajo tratamiento, señala un comunicado publicado hoy en el sitio de internet del Ministerio de Defensa Nacional.
Durante la investigación, la fiscalía militar interrogó a Xu en varias ocasiones. Cada registro de interrogatorio fue leído en voz alta y confirmado por el acusado mismo. En el primer interrogatorio, Xu fue informado de su derecho a un abogado para llevar su caso en su nombre y a presentar una solicitud para rechazar a cualquier persona.
El comunicado del Comité Central del PCCh de junio describió a su caso como «grave y de tener un impacto vil».
«Cualquiera, sin importar la autoridad y cargo que ostente, recibirá un castigo grave si se descubre que violó la disciplina del Partido y la ley. Nosotros jamás traicionaremos ni mostraremos piedad», advirtió el Comité Central del PCCh.
Los líderes actuales de China desplegaron una feroz campaña anticorrupción cuando asumieron al cargo a fines de 2012. En una reunión del órgano disciplinario del PCCh a principios de 2013, Xi prometió no hacer excepciones en la disciplina del Partido ni en la ley, sin indulgencia, sin importar quién esté involucrado.
De acuerdo con el sitio de internet de la Comisión Central de Control Disciplinario del PCCh, unos 50 funcionarios de nivel provincial y ministerial para arriba han sido investigados por corrupción u otras violaciones disciplinarias graves desde noviembre de 2012. Son comparados vívidamente con «tigres».
La campaña ha cubierto sectores militares y civiles, a los gobiernos central y locales, empresas estatales e instituciones públicas.
En julio, Zhou Yongkang, un ex miembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh, fue puesto bajo investigación, hasta ahora el funcionario de mayor nivel caído en la campaña.
En marzo, Gu Junshan, subjefe del departamento de logística general del Ejército Popular de Liberación fue acusado de sobornos, desviación de fondos del Estado y abuso de poder.
Dos miembros del Comité Central del PCCh de 205 elementos y cinco de los 171 miembros alternos también cayeron en desgracia.
Una mayoría de estos «tigres» eran altos funcionarios provinciales o funcionarios en jefe de las capitales provinciales. La provincia de Shanxi, norte de China, cuenta con cinco miembros del máximo organismo de toma de decisiones de la provincia bajo investigación.
Altos funcionarios de los departamentos del gobierno central, como Jiang Jiemin, alguna vez director de la Comisión de Supervisión y Administración de Activos Propiedad del Estado, y Li Dongsheng, ex viceministro de seguridad pública, también están siendo investigados.
Las empresas y las instituciones públicas propiedad del Estado no son inmunes. Song Lin, ex presidente de Recurso de China, y He Jiacheng, alguna vez vicepresidente ejecutivo de la Academia China de Gobernanza (ACG), también enfrentan acusaciones.
Como un partido de 86 millones de miembros que gobierna a un país de 1.300 millones de personas durante mucho tiempo, el PCCh se ha dado cuenta de que enfrentan una situación sin precedentes y desafíos serios, indicó Huang Weiting, un investigador de «Buscando la Verdad», revista oficial del Comité Central del PCCh, quien ha seguido de cerca la campaña.
El liderazgo del PCCh está plenamente consciente de que su habilidad para disciplinar a sus propios miembros, en especial a quienes ostentan el poder, afecta su capacidad para gobernar, indicó.
En una decisión sobre asuntos importantes relativos a la promoción integral del Estado de derecho adoptada la semana pasada y publicada hoy martes, el Comité Central del PCCh indicó que los legisladores chinos acelerarán el trabajo legislativo sobre la ley anticorrupción del país.
El objetivo consiste en establecer un mecanismo efectivo anticorrupción para que «los funcionarios gubernamentales no se atrevan, no puedan y no deseen ser corruptos», dice la decisión. F