Cubanos ven a China como ejemplo exitoso de desarrollo y «amigo» de Cuba

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LA HABANA, 28 sep (Xinhua) -- Cincuenta y dos años después del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y China, los cubanos ven al país asiático como ejemplo exitoso de desarrollo y el "amigo" que socorrió a la isla en los momentos más duros de la crisis económica interna.


La Habana y Beijing establecieron sus vínculos bilaterales el 28 de septiembre de 1960. Cuba se convirtió así en el primer país de América Latina y el Caribe en reconocer a la nueva República Popular.

Poco más de medio siglo después, esos nexos sobresalen por el diálogo, la solidaridad y el apoyo mutuo, que han permitido profundizar y consolidar la confianza y el entendimiento recíproco entre las dos naciones que trabajan por consolidar la construcción del socialismo partiendo de sus peculiaridades.

Para la profesora universitaria Caridad Vega, China fue la «tabla de salvación» de Cuba tras la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista europeo en la década de los 90 del pasado siglo

Aquella situación desató una severa crisis económica en el país caribeño, conocida como Período Especial, que se sumó a las dificultades generadas por el bloqueo económico, financiero y comercial que Estados Unidos mantiene contra Cuba desde hace más de 50 años y le ha costado a la isla más de 100.000 millones de dólares.

La catedrática recordó cómo, gracias a la colaboración china, Cuba pudo recuperar el sector del transporte, uno de los primeros y más afectados por la crisis.

Leopoldo Aruz, un médico jubilado de 85 años, evocó los molestos «apagones» que sufría también la población todos los días por déficit de generación.

Para contrarrestar la falta de fluido eléctrico, el gobierno desarrolló el programa «Revolución Energética», consistente en la instalación de grupos electrógenos diesel sincronizados al Sistema Eléctrico Nacional en 103 de los 168 municipios del país, con capacidad de generación de más de 1.000 megawatts.

La mayor parte de esos equipos de emergencia fueron instalados en objetivos vitales, como hospitales, policlínicos, plantas de bombeo de agua, panaderías, centros de comunicaciones gráficas, radiales y televisivas, así como industrias farmacéuticas y biotecnológicas, entre otros.

«Si no hubiera sido por los chinos con sus grupos electrógenos diesel, aún estaríamos bajo la amenaza de quedar a oscuras», dijo el anciano.

También el sexagenario escritor Alberto Ajón, descendiente de chinos y miembro del Casino Chung Wah, de La Habana, destacó además el apoyo comercial y financiero del país asiático a la mayor de las Antillas.

Los millonarios créditos otorgados por China a Cuba contribuyeron a dinamizar las relaciones de comercio y cooperación entre las empresas de los dos países.

En la actualidad, las compañías chinas están presentes en todos los sectores de la ínsula, y las autoridades sostienen que existe «un potencial aún mayor, incalculable», de intercambio bilateral.

El comercio entre La Habana y Beijing, que el pasado año superó los 2.000 millones de dólares, mantiene una dinámica de crecimiento y diversificación que ratifica el interés recíproco de ambos países por sus respectivos mercados.

Juan Carlos Fernández, especialista de la Oficina Nacional de Estadística e Información, apuntó que la reforma y la apertura llevada a cabo desde hace tres décadas en el país más poblado del mundo generaron «cambios históricos» en las relaciones del Estado asiático con el mundo, incluida Cuba.

Por su parte, Raiko Martín, del diario «Juventud Rebelde», segundo de mayor circulación en la isla, resaltó como la «precisión» y «constancia» de ese pueblo ancestral han hecho de Beijing una «maravillosa e imponente» ciudad de más de 20 millones de habitantes.

Destacó que durante su visita a la milenaria nación durante los Juegos Olímpicos en 2008, vio a un pueblo «disciplinado, organizado y laborioso».

De igual manera se pronunció Maricela Fernández, estudiante de segundo año de Telecomunicaciones, quien subrayó que «China es un país que avanza por día».

«En ese espejo debe mirarse Cuba pues resulta un buen ejemplo de cómo, a pesar de la crisis mundial, un país puede convertir su economía en una de las más dinámicas del mundo y con un índice promedio anual cercano al 10 por ciento», sentenció el joven economista Oscar García.