La consolidación de Xi Jinping y su pensamiento no se han desarrollado a través de la presidencia de China, como sucede en los sistemas presidencialistas. Ni tampoco ejerciendo de primer ejecutivo de la facción comunista en la Asamblea Popular Nacional de China como sucedería en un sistema parlamentario. Sino que su legitimación viene dada por su otro aspecto, el de Secretario General del Partido Comunista de China electo en el XVIII Congreso Nacional del PCCh.
Cuando subió al poder en 2012, Xi Jinping se comprometió a desarrollar lo que se llamaría el socialismo con características chinas para una nueva era, que actualmente recibe el nombre de “pensamiento de Xi Jinping para una nueva era” en los documentos ideológicos.
Una de estas ramas del pensamiento es la consolidación del Estado socialista a través del imperio de la ley. Es decir, gobernar el país para el interés general a través de la Asamblea Popular Nacional de China, y los 2096 representantes de 2980 del Partido Comunista de China. Sin olvidar que China no es un sistema de partido único, aunque el PCCh ostente la mayoría absoluta.
Es por ello por lo que el presidente Xi quiere que, en las escuelas e institutos, en una parte del plan educativo se incluya el conocer la ley vigente en el país. Y No solamente las aprobadas durante su período de mandato, sino el imperio de la ley como tal. Y que lo mismo se haga en la Región Especial Administrativa de Hong Kong, y en la Región Especial Administrativa de Macao. La idea de este proyecto es formar a la ciudadanía para que ésta conozca aquello que la vincula al Estado, la ley, y que a su vez la vincula al Partido Comunista de China, el legislador que la ha hecho.
La ley en el pensamiento de Xi Jinping no solamente es aquello que consolida la revolución socialista con características chinas para una nueva era, sino que es lo que tienen en común todos los ciudadanos, sean del PCCh o no. Una idea similar a la que existió durante siglos en la China imperial, con el Mandarinato, en el que no había persona que no estuviera sujeta a la ley, por lo que había una igualdad entre todos los ciudadanos, pues todos tenían sus deberes y sus obligaciones. Al repasar las leyes más importantes del período actual con el presidente Xi Jinping, nos encontramos que todas afectan profundamente al núcleo del Estado. Es decir, a cuestiones fundamentales como la soberanía nacional, la diferenciación entre Partido-Estado, cuestiones de soberanía económica y también reformas en el campo de la Seguridad Nacional.
Pero además, Xi resuelve una doble cuestión que ningún otro secretario general del PCCh ha hecho después de la Revolución Cultural. La primera cuestión es la de qué sucede con la legislación paralela entre la que rige a los miembros del PCCh y la que lo hace para cualquier ciudadano. Y la segunda es la cuestión de la burocracia ministerial y la capacidad política de desviarse de la línea del PCCh. Ambas han sido resueltas a través de reformas legislativas, la primera para combatir la corrupción política y los sobornos a funcionarios; y la segunda para que los órganos del PCCh puedan controlar el Estado y así ganar eficacia. Ya no hay brechas entre la mala gestión expresa y la mala gestión fruto de problemas imprevistos, pues ahora solo hay una legislación para todos.
Llegados a este punto se podría pensar que todo esto persigue una voluntad de controlar. y Sí, la persigue. Desde el Comité Central del Partido Comunista Chino, formado por 205 miembros titulares y 171 miembros suplentes, se quiere controlar toda cuestión vinculada al funcionamiento interno del mismo y también las cuestiones que afectan el desarrollo de las políticas públicas. Es decir, la parte vinculada a la cuestión del partido y la parte que afecta a la administración civil y militar. Todas ellas vinculadas a los planes de desarrollo del Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, que se reúne cada cinco años, y cuyo Comité Central se elige entonces para períodos quinquenales, y hace reuniones anuales para valorar la gestión.
Lo que busca Xi con la predominancia de la ley es acabar con las llamadas “bandas”, que son cuadros del PCCh de una determinada región, que aprovechan su posición para alterar el funcionamiento del partido, de la administración pública o de las fuerzas armadas en beneficio personal. Así pues, si todos los ciudadanos conocen la ley, o las leyes fundamentales o más importantes del país, serán capaces de informar al respecto, y la citada mala praxis ya no quedará impune. Al hacer conocer la ley y sus consecuencias, lo que pretende Xi Jinping es que los ciudadanos sean más cívicos también.
No es extraño ver constantemente en la prensa china noticias de que se han abierto a discutir, enmendar o reformar alguna ley, o se emite algún decreto para actualizar el anterior. Hay una revisión constante de la legislación para conseguir perfeccionarla. Desde los diferentes sectores del Partido Comunista de Chino afrontan la revisión legal como un asunto ideológico, otros más técnico, otros desde la posibilidad de su límite de aplicación, del cómo y porque es necesario. Es decir, detrás de cada ley hay un razonamiento ideológico de acorde con las líneas del PCCh. Y esto se puede ver en las leyes más importantes que han aprobado en estos últimos diez años.
Estas han sido: la Ley Antisecesión, la Ley de Seguridad Nacional, la Ley de Supervisión, la Ley de Comercio Electrónico, la Ley Nacional de Inteligencia, la Ley de Seguridad Nuclear, la Ley de Prevención y Control de la Contaminación del Suelo, la Ley Criptográfica, la Ley de Protección de Héroes y Mártires, la Ley de Ciberseguridad, la Ley contra la Violencia Doméstica, entre otras.
En conclusión, Xi Jinping se ha propuesto que los ciudadanos conozcan sus leyes para poder redactarlas mejor si llegan a formar parte de los casi cien millones de personas que integran el Partido Comunista de China, y al mismo tiempo tengan una posición cívica al conocerlas. La idea de la ley como igualador, como vínculo común de toda una comunidad, la encontramos en el pensamiento de Confucio, y de allí la importancia del legislador.
Tendremos que ver a medio y largo plazo que resultados tiene, y si consigue su cometido de crear una colectividad más unida y responsable.