Los analistas destacan el respeto mostrado por gobierno y fuerzas del orden hacia los participantes en protestas recientes en la provincia de Guangdong.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Las manifestaciones pacíficas y racionales, incluso una con la que fue recibido un escuadrón policial en la sureña provincia de Guangdong, han encendido discusiones en toda China sobre los nuevos métodos de “gestión social” adoptados por los gobiernos locales, informa ‘Global Times’.
Los analistas afirman que el respeto gubernamental hacia los que participan en protestas como una forma de libertad, un derecho político básico para cualquier ciudadano incluido en la Constitución China, es un progreso en la formulación de la campaña democrática del país.
El 21 de noviembre, miles de personas de la aldea de Wukan en Lufeng, provincia de Guangdong, lanzaron su segunda protesta a gran escala en las oficinas del gobierno de la ciudad, exigiendo que se les devuelvan sus tierras, que les fueron ilegalmente arrebatadas por las autoridades de la aldea, según declaró a ‘Global Times’ uno de los manifestantes.
“Los manifestantes de la aldea se comportaron esta vez de manera más civilizada y racional, y a pesar de que había unos 200 agentes de policía en el lugar, éstos no intervinieron”, indica una fuente anónima testigo de la protesta, que cuenta en ‘Global Times’ cómo todos actuaron de manera ordenada durante toda la manifestación, que comenzó en la aldea alrededor de las 8 de la mañana. La mayoría de los manifestantes se sentaron pacíficamente al llegar a la sede del gobierno, donde esperaron pacientemente una explicación oficial de por qué sus demandas no han sido aún atendidas como se les prometió.
Los manifestantes se dispersaron alrededor de las 11 de la mañana, sin ninguna confrontación, después de que Qiu Jinxiong, alcalde temporal de Lufeng, reconociera sus peticiones y prometiera darles una respuesta en 15 días, según la mencionada fuente.
No es la primera vez que una manifestación es tolerada por las autoridades locales. Lo mismo ocurrió recientemente en otra protesta en la capital provincial, Guangzhou. En este caso, con el fin de facilitar la circulación del tráfico, los autos de policía escoltaron a cientos de manifestantes que exigían la devolución de sus salarios “ganados duramente” el pasado 18 de noviembre. La escena de la policía china acompañando a los manifestantes no es una imagen común en el país, según indicaron varios medios.
La provincia de Guangdong es considerada, no en vano, una de las más abiertas y tolerantes del país.
Wang Xixin, profesor de Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad de Pekín, consultado por ‘Global Times’, afirma que el convoy policial que escoltó la manifestación es de “gran significado”, ya que la acción muestra “cómo las autoridades son capaces de mantener un buen equilibrio entre orden social público y respeto hacia los ciudadanos que quieren hacer uso de su libertad para protestar”.
“También protege los derechos de los trabajadores, que es un derecho humano básico, al dar respuesta a las demandas públicas a través de manifestaciones”, según Liu Nanlai, vicedirector del Centro de Investigaciónd de Derechos Humanos en la Academia de Ciencias Sociales de China (ACSCh). “Las autoridades están implicadas ahora en la promoción del nivel de vida y en la protección de los derechos civiles de los ciudadanos, y ello incluye estas prácticas en sus acciones administrativas, lo cual supone un gran paso adelante respecto de lo que ocurría antes”, afirma.
El 21 de noviembre, durante la primera protesta en Lufeng, un total de 12 agentes de policía y 10 aldeanos fueron heridos y seis autos de policía fueron dañados en los choques entre las fuerzas del orden y los manifestantes en la comisaría de policía local, según la web oficial del gobierno municipal de Sahnwei, del que depende la localidad de Lufeng.
Sin embargo, el profesor Wang considera que los ciudadanos no deberían abusar de su derecho a protestar a expensas de causar daños a los derechos legales de otros ni poner bajo amenaza la seguridad pública.
Los organizadores de las protestas han sido urgidos a preparar planes prácticos por adelantado, como por ejemplo evitar marchar a través de las principales vías durante horas de tráfico intenso. Entretanto, las autoridades necesitan prepararse para los posibles atascos causados por las manifestaciones, así como frente a los potenciales conflictos que podrían surgir entre la policía y los manifestantes, o entre manifestantes con distintos puntos de vista, según el profesor Wang.