Impulso de desarrollo de China es sostenible

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Un corredor no puede avanzar a toda velocidad todo el tiempo; debe regularse para poder correr más rápido después en la carrera. Lo mismo pasa con la economía china: luego de tres décadas de crecimiento ininterrumpido, debe cambiar hacia un ritmo firme aunque más lento.


BEIJING, 19 mar (Xinhua) — La economía de China se desacelerará, pero no por pérdida de impulso.

Un corredor no puede avanzar a toda velocidad todo el tiempo; debe regularse para poder correr más rápido después en la carrera. Lo mismo pasa con la economía china: luego de tres décadas de crecimiento ininterrumpido, debe cambiar hacia un ritmo firme aunque más lento.

Los líderes de China han establecido la meta de crecimiento económico del país en 7,5 por ciento para 2012, un año de transición política. Esta es la primera vez que la meta se establece por debajo del ocho por ciento en ocho años.

La reducción, en parte resultado de problemas económicos globales, muestra la voluntad del gobierno para sacrificar algo de velocidad para un mejor equilibrio, coordinación y sostenibilidad. La desaceleración autodirigida dejará más espacio para le reestructuración económica de China.

La crisis financiera global y sus consecuencias han mostrado a China la necesidad de una modalidad de crecimiento actualizada a pesar de las grandes mejoras en productividad. Sigue dependiendo excesivamente de la ensambladura de productos para exportación sin valor agregado, así como de las industrias pesadas que crean contaminación y consumen cantidades importantes de capital.

La transición, aunque es una tarea difícil, no estará lejos del alcance pues los legisladores están creando planes concretos para el periodo del XII Plan Quinquenal (2011-2015).

El amplio suministro de productos, abundancia de recursos humanos, capacidad financiera y aceleración de innovación tecnológica garantizarán un alza en la economía de la nación.

Lo más importante, China tiene un poder de compra emergente que provoca la envidia mundial.

Con una población superior a los 1.300 millones de habitantes, China puede crear un mercado interno astronómico que puede apoyar el empleo, impulsar el crecimiento tanto en el país como en el extranjero y compensar la caída de las exportaciones.

La demanda de consumo e inversión no se agotará en el futuro cercano, dada la rápida urbanización e industrialización de China, así como el aumento en los ingresos familiares.

Mientras el gobierno continúe incrementando el gasto relacionado con la seguridad social, el cuidado de la salud, la educación y las viviendas de bajo costo, la gente tenderá a ahorrar menos y a gastar más.

Mantener la subsistencia de la gente como una prioridad fiscal, también se garantiza que los frutos del crecimiento económico se compartan más ampliamente. Como resultado, se reforzará la estabilidad social, lo cual ha sido clave para el crecimiento sostenible de China.

Además, China aún tiene una buena oportunidad de mantener el crecimiento productivo con los beneficios de la adopción de tecnologías, ya que destina una mayor proporción de su producto interno bruto (PIB) a investigación y desarrollo que otros países con niveles de ingresos similares.

El potencial de China a largo plazo dependerá de su habilidad para adaptarse rápidamente, tomar decisiones complejas y aplicarlas eficazmente para enfrentar cualquier crisis. Pero aún con los retos por delante, no hay duda de que el país continuará logrando progresos.