En China, Xi Jinping ha asociado su largo mandato, iniciado en 2012, a una persistente campaña contra la corrupción en el PCCh y en el conjunto del Estado. Los resultados son ambivalentes: le ha permitido consolidar su liderazgo y el apoyo cívico, sanear algunas instituciones, moralizar el ejercicio público y exaltar la lealtad interna. Sin embargo, las causas estructurales persisten. Los índices internacionales a propósito de la evolución de la lucha contra la corrupción en China reflejan esta ambigüedad y las dificultades para culminar con éxito a largo plazo este aspecto crucial de la modernización del sistema político.
Palabras clave: Xi Jinping, anticorrupción, moralidad, lealtad, PCCh
(Publicado en Instituto Español de Estudios Estratégicos, Ministerio de Defensa, Gobierno de España)
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