El ascenso económico de China es sencillamente imparable y por ende el aumento sustancial de su peso en la geopolítica global, en beneficio del equilibrio y la multipolaridad en construcción. En términos generales, el liderazgo del Partido Comunista, el orden social en un país de las dimensiones demográficas de China y el funcionamiento de las instituciones son evidentes y el propio gran salto económico también confirma esas positivas tendencias.
Sin embargo, este crecimiento ha sido afectado por diversos problemas, dentro de los que adquiere mayor relevancia la corrupción, que en el futuro podría destruir al PCCh y al socialismo, en opinión de los máximos dirigentes del país.