BEIJING, 11 abr (Xinhua) -- Las autoridades chinas anunciaron el domingo el inicio de una investigación contra el máximo regulador de las empresas aseguradoras en el país, en lo que constituye un nuevo ejemplo del permanente fortalecimiento de la lucha contra la corrupción, esta vez en el sector financiero.
BEIJING, 11 abr (Xinhua) — Las autoridades chinas anunciaron el domingo el inicio de una investigación contra el máximo regulador de las empresas aseguradoras en el país, en lo que constituye un nuevo ejemplo del permanente fortalecimiento de la lucha contra la corrupción, esta vez en el sector financiero.
Xiang Junbo, presidente de la Comisión Reguladora de Seguros de China, está siendo investigado bajo sospechas de haber cometido serias violaciones al código de conducta del Partido Comunista de China (PCCh), según la Comisión Central de Control Disciplinario del Partido.
El caso demuestra que la lucha contra el flagelo no ha perdido fuerza, como algunos medios extranjeros han querido hacer creer.
La investigación en contra de Xiang sale a la luz apenas unos días después de que el primer ministro, Li Keqiang, pronunciara un discurso sobre gobernanza transparente en una reunión del Consejo de Estado (gabinete), en el cual advirtió que la administración castigará severamente la corrupción financiera, en momentos en que la segunda economía mundial profundiza las reformas con las que espera lograr un crecimiento estable.
En el sector financiero, las violaciones a los reglamentos y la corrupción no son algo raro, toda vez que este es vulnerable a riesgos como activos defectuosos, incumplimiento de bonos, banca paralela y esquemas ilegales de financiación en Internet, entre otros.
Entre enero de 2014 y junio de 2015, los inspectores chinos investigaron a 877 personas de la industria financiera por el pago o la aceptación de sobornos y por abuso de poder, según la Fiscalía Popular Suprema.
Entre los funcionarios investigados estaba Zhang Yujun, vicepresidente de la Comisión Reguladora de Valores de China, quien fue removido de su cargo acusado de «severas violaciones disciplinarias», justo cuando, en 2015, los mercados de valores del país estaban convulsionando.
Con el fin de poner orden en el sector, el PCCh debe mantenerse alerta frente a los riesgos financieros y adoptar medidas fuertes que permitan mantener la corrupción a raya. Y debe, además, profundizar la reforma de la regulación financiera y mejorar la supervisión interna de las instituciones relacionadas.
El país debe combatir la violación de los reglamentos bancarios en relación con el otorgamiento de créditos, el tráfico de información privilegiada en el mercado de valores y los fraudes perpetrados por las aseguradoras, así como sancionar a los supervisores y gerentes que se confabulen con los grandes jugadores del sector.
Desde cuando el actual liderazgo asumió el poder, a finales de 2012, hasta ahora, la lucha de China contra la corrupción ha alcanzado un ritmo imparable. La promesa de erradicar esta plaga ha llevado a la remoción de un gran número de funcionarios de todos los niveles.
En 2016, 415.000 de ellos fueron castigados por violaciones al código de conducta del PCCh, y otros 11.000, sospechosos de otros delitos, fueron puestos a disposición de los órganos judiciales.
Aparte de la lucha contra «moscas» y «tigres», términos que se popularizaron para referirse a los empleados públicos de nivel de base y a los de más alto rango, las autoridades discipinarias han estado muy ocupadas cazando «zorros», mote dado a los funcionarios sospechosos de delitos financieros que se han fugado a otros países.
El año pasado, más de 1.000 fugitivos fueron traídos de vuelta al país.
Luego de investigar y sancionar a cientos de miles de servidores públicos que han violado las leyes del país y la disciplina del Partido, por la mente del gobierno chino no pasa la idea de bajar el ritmo de su lucha contra la corrupción.
El compromiso asumido hace cuatro años es a largo plazo, no es una «campaña», no es algo temporal. Es claro que no hay soluciones fáciles ni rápidas. Así que lo que hay que hacer es redoblar esfuerzos para arrancar de raíz este flagelo que amenaza la misma superviviencia del PCCh.