Durante su reciente recorrido por Shenzhen, en lo que de hecho constituyó su octavo viaje a esa pujante ciudad desde que asumió el cargo, el Primer Ministro chino, Wen Jiabao, fue citado por Xinhua al decir que “sin la salvaguarda de la reestructuración política, China puede perder lo que ha alcanzado ya con la reestructuración económica y podría quedar a medio camino en la búsqueda de sus metas de modernización.” El primer ministro también reveló las preocupaciones de la dirección del país,en el sentido de que la corrupción y los abusos pueden erosionar las perspectivas económicas del país. Pero Wen Jiabao no se detuvo en esa reflexión, pues también admitió el derecho del público a criticar y supervisar al gobierno, a la vez que las instancias gubernamentales de varios niveles deben prestar mayor atención a las personas que han quedado más vulnerables durante el proceso de búsqueda del éxito económico. (Por Li Hongmei).
¿Es que acaso el Primer Ministro Wen se salió del guión del mensaje original al afirmar esto, como han querido hacer ver algunos medios occidentales? Por supuesto que no. En primer lugar, como veterano estadista, debe saber muy lo que dice y, en segundo lugar, la reforma política ha estado en el centro de las búsquedas del liderazgo chino desde la época posterior a Mao, lapso durante el cual el partido gobernante se consolidó constantemente, mediante todo tipo de medidas y disposiciones creativas. Wen no se apartó de la línea de trabajo a la que el Parrtido se ha estado apegando de forma constante. Las presunciones de algunos medios extranjeros resultan engañosas.
De hecho, Wen se esforzó por abordar exhaustivamente el tema “democracia con características chinas” o la “responsabilidad,” y también la emprendió contra lo que denominó autoridades locales descontroladas en China. Para tratarse de un viaje que se suponía no rebasara el marco de una simple celebración de los éxitos de China en tres décadas de reforma y apertura, los comentarios de Wen podrían catalogarse de recordatorio profundo sobre lo que aún requiere de mejoras, incluida la esfera política.
Pero voviendo a la reforma política – Solamente si marcha al compás del consenso de la opinión pública y las tendencias de los tiempos, podrá la reforma política encaminarse por el sendero correcto, y hacerlo de una manera ordenada, pero activa.
Obviamente, el más alto nivel de la dirección china actuará siempre como fuerza impulsora principal detrás de la reforma política. Sin una ejecución eficaz desde una altura estratégica ventajosa, sin una visión estratégica de gran envergadura y sin la enérgica determinación de los más altos líderes, así como en ausencia del principio de “emancipar la mente” y “sondear la esencia de las cosas”, la reforma en todas sus viariantes y tipos no pasará de ser charla hueca.
Pero si el valor y los recursos del liderazgo se pudieran comparar con un navío que desafía tormentas en el mar, entonces la opinión pública equivaldría a una extensión marina que lleva y propulsa el gran peso. Después de todo, la reforma política es un proyecto social complicado, que necesita de un progreso sin sobresaltos y gradual; y en el proceso, la dirección debe ajustar sus esfuerzos a la voz del pueblo. Experiencias previas han dejado en claro que el consenso en la opinión pública sirve como otra fuerza decisiva, que se suma al papel desempeñado por el liderazgo, para iniciar y mantener activa la reforma política.
También, si se toman en cuenta los logros de 30 años de reforma y apertura, los osados pasos estratégicos que circulan de arriba a abajo son, de hecho, la fruta nacida del amplio apoyo de la voluntad popular y de las aspiraciones públicas (Pueblo en línea)
06/09/2010