¿Por qué ha tomado China el camino hacia el socialismo? Li Junru es ex vicepresidente de la Escuela del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China.

In Análisis, Sistema político by Xulio Ríos

¿Por qué los chinos abrazamos el socialismo científico?

El pueblo chino siempre ha sido una nación con sus propios ideales sociales. En el Libro de los Ritos (《礼记》), un clásico confuciano, se enuncia una verdad eterna: “Cuando se pone en práctica el Gran Dao, el mundo es compartido por el pueblo, se elige a personas de alta moral y talento, se honra la honradez y se fomenta una atmósfera de armonía.” Tal sociedad, la llamada “Datong” (la Gran Armonía), se inspira en el modelo del comunalismo primitivo y describe un cuadro ideal del mundo, el estado, la sociedad y el individuo. Este pensamiento resalta la importancia de la construcción moral consciente como vía para alcanzar una sociedad ideal, donde “(se asegura que) los ancianos tengan seguridad en su vejez, que los de edad madura puedan hacer uso de sus habilidades y servir a la sociedad, que los niños pequeños crezcan sin problemas. Se garantiza el sustento para aquellos que están solos en su vejez, los que han perdido a sus cónyuges, los huérfanos, los que no tienen hijos y los discapacitados que no pueden trabajar. Los hombres tendrán ocupaciones y las mujeres tendrán hogares”. Así se logra una situación en la que el pueblo vive en paz y trabaja contento y la sociedad es estable y ordenada. Al mismo tiempo, se aboga por una actitud política de que “el hombre benevolente ama a los demás”, una teoría política que sostiene “el pueblo es lo más valioso, el estado y el gobierno son secundarios, y el gobernante es lo menos importante”, y una visión política de “tratar al pueblo como hermanos y todas las cosas como amigos”. Esto refleja plenamente un pensamiento de que el pueblo es el fundamento del país, en concreto, amor hacia el pueblo con benevolencia y respeto a la virtud para proteger a la población.

El concepto de “Datong”, una promesa de armonía y comunalidad, ha iluminado la senda de los políticos chinos a lo largo de los siglos. Kang Youwei, un pensador visionario, en su obra El Libro de Datong, proponía que la evolución de la sociedad fuera un proceso continuo hacia la realización del “Datong”, una utopía no solo para China, sino para toda la humanidad. Este ideal no está limitado a las fronteras de un solo país, sino que representa una visión global de fraternidad y cooperación. Sun Yat-sen, líder de la revolución democrática, conmovido por la angustia de su nación, ideó el programa revolucionario de los “Tres Principios del Pueblo” (nacionalismo, democracia y bienestar del pueblo), una síntesis de la rica herencia cultural china y del vigor del sistema democrático occidental. Su anhelo era construir una sociedad de “Datong” donde el mundo sería compartido por todas las personas, donde la nación prosperara y el pueblo se fortaleciera. Se podría decir que el ideal de “Datong” es la aspiración social más elevada de la nación china

Por primera vez en la historia, el marxismo adoptó una postura desde la perspectiva del pueblo para abrir la senda hacia la libertad y la emancipación de la humanidad. Marx y Engels, con una convicción inquebrantable, proclamaron una visión de una sociedad futura en la que “emergerá una asociación en que el libre desarrollo de todos está condicionado por el libre desarrollo de cada individuo” y “la producción tendrá como objetivo enriquecer a todas las personas”. Es precisamente debido a la búsqueda del pueblo chino de la “Datong” y a tales genes culturales, que cuando el socialismo científico, tal como fue establecido por Marx y Engels, fue introducido en China, encontró en el pueblo chino un terreno especialmente fértil para la aceptación de tal ideal social.

Por ejemplo, al estudiar la historia de la introducción y difusión del marxismo en China, se puede descubrir que los primeros en presentar el marxismo al país fueron estudiantes chinos en el extranjero, como Liang Qichao, así como veteranos de la Alianza Revolucionaria China (un partido político revolucionario burgués liderado y organizado por Sun Yat-sen) como Zhu Zhixin y Song Jiaoren, entre otros. Aunque estos pioneros tenían diferentes creencias y posturas, todos ellos podían aceptar ciertos puntos de vista del marxismo debido a que eran intelectuales que habían sido educados en la cultura tradicional china y compartían la búsqueda del ideal “Datong”, donde “todo bajo el cielo es para el pueblo”.

Los miembros del Partido Comunista de China (PCCh), como herederos de la tradición cultural china, eligen seguir el camino del socialismo, lo cual está intrínsecamente ligado al ideal de «Datong” y al “todo bajo el cielo es para el pueblo”, que la nación china persigue. Es en este sentido que decimos que el pensamiento socialista está profundamente arraigado en el terreno cultural, representa las aspiraciones históricas y tiene sus raíces en los genes culturales de la nación china.

 ¿Por qué los chinos podemos abrir el camino hacia el socialismo con características chinas?

La causa por la cual el PCCh propone el camino hacia el socialismo con características chinas radica en la perspicacia de que, al contemplar las condiciones básicas del país, demuestra una visión realista que abarca no solo las condiciones del desarrollo socioeconómico sino también las excelentes tradiciones culturales de la nación china.

Por ejemplo, la tradición de la cultura política china es muy diferente de la occidental. En la última etapa de la sociedad primitiva de China, para tratar asuntos políticos, incluida la delegación de poder, se implementó un sistema democrático distinto al de la democracia griega antigua. El Shangshu(《尚书》),un antiguo texto chino, documenta que, en la época antigua, las decisiones relativas a cuestiones trascendentales se tomaban mediante consejos de líderes, en los cuales los jefes tribales como Yao y Shun consultaban con otros líderes y tomaban decisiones de manera consensuada. Esta modalidad de democracia consultiva, en contraste con la democracia electoral (por votación), está estrechamente relacionada con el modelo confuciano de gobierno moral de sabios y reyes durante el período pre-Qin de China, cuyo núcleo es el concepto de “tener el talento y la virtud de un sabio por dentro y ejercer el camino del rey por fuera”. Este modelo postula que los sabios son los verdaderos gobernantes de la sociedad, ya que debido a su perfección moral, pueden unificar la familia, gobernar la nación y establecer la paz mundial, por lo que pueden ser llamados reyes sabios. En este sentido, los auténticos gobernantes de la sociedad deben ser aquellos sabios que han logrado éxito a través del cultivo personal constante.

La palabra “选”(xuan)  se encuentra también en los antiguos clásicos chinos, pero  con el significado de selección, por ejemplo, “seleccionar a los virtuosos y capaces” ( 选贤与能). Por eso, se debe destacar que en el contexto chino clásico,  “选” se refiere primeramente a la selección o recomendación, y no a la elección en el sentido de votación. Por ejemplo, Shun fue seleccionado como líder tribal a través de un proceso de recomendación durante la conferencia de los Cuatro Líderes Tribunales (四岳), donde Yao consultó con los líderes y lo eligieron mediante consenso. Esta modalidad de selección de líderes era denominada “abdicación en favor de otro” (禅让) en tiempos antiguos. Por consiguiente, en China, “选” se distingue entre “elección” y “selección” en el idioma español. La elección se realiza mediante votación, mientras que la selección se lleva a cabo a través de consultas. Ambas representan diversas formas de democracia, pero no son iguales.

Debido a que China tiene una tradición de democracia consultiva en forma de “abdicación en favor de otro”, que ha sido elogiada por las generaciones posteriores, y sumado al concepto filosófico de “armonía en la diversidad”, perseguido en China a lo largo de milenios, la sociedad china exhibe una inclinación hacia una forma de consulta y democracia más armoniosa en comparación con las formas de democracia competitiva. En este sentido, la democracia consultiva en China no solo se ajusta a las realidades sociopolíticas contemporáneas, sino que también tiene profundas raíces culturales.

Desde su proposición hasta la actualidad, durante aproximadamente 40 años, el socialismo con características chinas ha logrado un éxito enorme. Sin embargo, en el transcurso de su desarrollo, también se ha enfrentado a una serie de problemas urgentes que resolver. Por ejemplo, cómo seguir abordando adecuadamente el tema de la equidad en el desarrollo de la economía de mercado socialista; cómo abordar de manera más efectiva la cuestión de la contaminación ambiental en el proceso de industrialización y modernización; cómo seguir gestionando las relaciones internacionales cada vez más complejas a medida que China se fortalece, entre otros. La excelente cultura tradicional china, en particular los conceptos de “todo bajo el cielo es para el pueblo” (天下为公) , “la armonía y la unidad entre la humanidad y la naturaleza” (天人合一)  y “la convivencia armoniosa entre todas las naciones” (协和万邦), proporciona valiosos recursos ideológicos para abordar estos problemas arriba mencionados.

 

 

Autor: Li Junru, ex vicepresidente de la Escuela del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China.

Redactora: Geng Zhen, doctora y profesora de español en la Universidad Normal de Jiangsu.

Revisor: Zhu Lun, profesor distinguido de la Universidad Normal de Jiangsu, investigador del Instituto de Etnología y Antropología de la Academia China de las Ciencias Sociales.

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