(SPANISH.CHINA.ORG.CN)-Los informes de los medios que señalan que la capital de China está a punto de convertirse en inhabitable para los seres humanos, engañaron a los lectores al exagerar los hallagos de un informe emitido por la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái (SASS por su siglas en inglés), según uno de los autores del informe.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN)-Los informes de los medios que señalan que la capital de China está a punto de convertirse en inhabitable para los seres humanos, engañaron a los lectores al exagerar los hallagos de un informe emitido por la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái (SASS por su siglas en inglés), según uno de los autores del informe.
El documento anual acerca del desarrollo de ciudades del mundo, divulgado el miércoles, estudió a 40 metrópolis en cuestiones de economía, sociedad, cultura, gestión urbana, ecología y espacio en la ciudad.
Al concederles puestos a las ciudades en estas áreas, el informe buscaba proporcionar un consejo para las ciudades, de acuerdo al autor, quien no se identificó.
En el ranking, Tokio, Londres, París, Nueva York y Singapur se colocaron en los primeros cinco puestos. Shanghái y Beijing se encuentran en las posiciones 21 y 31.
Sin embargo, el miércoles, informes de los medios en Internet se enfocaron en las condiciones de vida de Beijing, citando al reporte, que colocaba a Beijing en el puesto 39 de 40 en términos de parámetros ecológicos. Beijing sufre de una severa contaminación, especialmente contaminación del aire y smog.
Las otras dos ciudades chinas, es decir Shanghái y Hong Kong, también se ubicaron cerca del final de la lista de ecología, que ubica a Estocolmo en el primer lugar. Moscú se encuentra en el último, principalmente a causa de sus duras condiciones naturales e inviernos fríos y largos.
Beijing también se queda rezagado en cuestiones de salud pública y seguridad, añadía el informe, que señalaba servicios de salud públicos inadecuados y una tasa de criminalidad relativamente alta en la ciudad. Sin embargo, la ciudad sobrepasó a las demás en equidad y alcanzó el segundo puesto en inclusividad gracias a un índice Ginix menor y un acceso más sencillo a los servicios públicos.
“La habitabilidad de una ciudad también incluye otros factores, tales como una rica vida cultural y espiritual de sus ciudadanos y las condiciones de alojamiento. Beijing se queda corto en la segunda, debido a los altos precios de los inmuebles” señaló Shan Jingjing, una investigadora asociada del Instituto de Estudios Urbanos y Ambientales de la Academia China de Ciencias Sociales.
“La contaminación podría detener los esfuerzos de Beijing de actualizar sus industrias, ya que las corporaciones multinacionales tienden a establecer sus sedes en ciudades con mejores ambientes ecológicos” añadió Shan.
Las malas condiciones de tráfico son otro factor. Beijing tuvo casi dos horas de embotellamientos de tráfico cada día de la semana en 2013, 25 minutos más que en 2012.
Tu Qiyu, uno de los autores, dijo que la reacción del público es comprensible, porque las ciudades chinas fueron estudiadas, junto con las principales ciudades del mundo, bajo estándares rigurosos.
Shan afirma creer que Beijing podría convertirse en una metrópoli habitable con el avance del desarrollo. Shan urgió a Beijing a optimizar su estructura industrial y reforzar sus controles sobre los autos para frenar la contaminación.
Una nueva ley de Beijing acerca del control de la contaminación del aire entrará en vigor el primer día de marzo, al mismo tiempo que la ciudad ha prometido limitar y reducir gradualmente las descargas totales de los principales contaminadores del aire bajo cuotas específicas, disminuir el consumo de carbón y limitar las emisiones de automóviles con castigos más duros.
Este año se ha establecido un fondo de 10 billones de yuanes (1.6 billones de dólares) para respaldar los controles de las emisiones de las empresas, así como una nueva industria energética automovilística para combatir aún más la contaminación del aire, según anunció el miércoles el Consejo Estatal.
Además señaló que aceleraría la reestructuración energética y poner bajo control el consumo del carbón.