Según un estudio de la ACSCh, en este año la población urbana habrá superado a la rural por primera vez en la historia de la civilización china. La transición de una civilización rural a una urbana significará no sólo un cambio estructural en la demografía de la nación, sino también cambios en la forma de vida de la gente, los hábitos de consumo y los valores personales que tendrán efectos profundos en la economía y la sociedad como conjunto.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Por primera vez en su milenaria historia, China contará con más habitantes urbanos que rurales, según el Libro Azul de la Sociedad China en 2012 publicado por la Academia de Ciencias Sociales de China (ACSCh).
Los académicos implicados en su compilación consideran este hecho como un hito, que supondrá cruzar un umbral para una civilización históricamente agrícola como la china.
La transición de una civilización rural a una urbana significará no sólo un cambio estructural en la demografía de la nación, sino también cambios en la forma de vida de la gente, los hábitos de consumo y los valores personales que tendrán efectos profundos en la economía y la sociedad como conjunto.
Cruzar el umbral de una sociedad agrícola a una urbana signfica que el camino de la urbanización se acelerará notablemente, inyectando una gran vitalidad en la economía.
Además, los expertos esperan que la urbanización sirva como nuevo motor para el progreso, ya que la urbanización crea nuevas demandas y estas demandas impulsan la economía hacia delante. Así, la población rural, considerada por muchos como un lastre, es de hecho una enorme reserva de potencial de mercado. Esto puede traducirse en una ventaja sin parangón, espeicalmente cuando los legisladores económicos desplazan su atención de la demanda externa a la doméstica.
Sin embargo, existen aún preocupaciones sobre si este umbral se ha traspasado realmente, ya que el porcentaje ligeramente por encima del 50 por ciento que se define como residentes urbanos en el libro azul incluye a trabajadores que están registrados como residentes rurales pero trabajan en las ciudades.
Estos numerosos “nuevos residentes urbanos”, como se les denomina en algunas de las ciudades chinas más acogedoras con los foráneos, siguen siendo etiquetados colectivamente como ‘nongmingong’ (?å, trabajadores rurales), lo cual es una muestra de lo difícil e incompleto que resulta este cambio de identidad.
Vivir físicamente y trabajar en una ciudad no convierte a una persona de origen rural en un residente urbano bajo el aún rígido régimen del registro de residencia (’hukou’).
En la mayoría de los casos, las personas etiquetadas como ‘nongmingong’, independientemente de cuánto tiempo hayan vivido y trabajado en las ciudades, siguen siendo tratados como foráneos.
La mayoría de ellos son efectivamente excluidos de las garantías de bienestar disponibles sólo para los residentes urbanos oficialmente registrados, y a sus hijos se les niega el acceso a la educación de la que disfrutan sus contrapartes registrados.
Tal “urbanización” es meramente nominal y no traerá el tipo de beneficios que la retórica académica afirma.
La urbanización que presenta el libro azul, por lo tanto, no puede verse en realidad como una verdad sociológica. Dada la importancia esencial de la urbanización para la prosperidad futura de la nación, hay una necesidad imperativa de revisar y remodelar las normas obsoletas que mantienen la división entre lo urbano y lo rural.
Algunas ciudades chinas ya han conseguido aproximaciones sensatas hacia sus nuevos residentes urbanos, y ya que estas prácticas van acumulándose, las que sean exitosas deberían impulsar avances a niveles estratégicos. (China Daily)