Actualmente, la economía de China es la segunda más grande del mundo y está en vías de pasar a Estados Unidos para convertirse en la primera potencia mundial. El patrón de producción, circulación y acumulación de capital en China es único en la historia no solamente en cuanto al acelerado paso en que se ha expandido, sino también en la manera en que el aparato Partido – Estado creado desde 1949 por Mao Tse Tung ha sido la pieza fundamental de la economía. Este texto analizará la manera en que el Partido – Estado chino articula un proceso acelerado de circulación del capital a través del control de la tierra y el capital financiero. El argumento que subyace este análisis es la importancia de considerar la herencia revolucionaria del socialismo científico maoísta como génesis de un “capitalismo revolucionario” que inició el líder reformista Deng Xiaoping en 1978.