China busca mejor integración entre campo y ciudad

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BEIJING, 3 feb (Xinhua) -- Además de la expansión urbana, China ha estado prestando especial atención durante las últimas décadas al desarrollo rural con la esperanza de convertir al campo en otro motor de crecimiento económico.


BEIJING, 3 feb (Xinhua) — Además de la expansión urbana, China ha estado prestando especial atención durante las últimas décadas al desarrollo rural con la esperanza de convertir al campo en otro motor de crecimiento económico.

China publicó su «Documento Central N.º 1» el domingo, comprometiéndose a aumentar la coordinación del desarrollo de las ciudades y los pueblos y a estrechar la brecha entre ellos.

«Consolidar la posición de la agricultura como la base de la economía contra el actual escenario de desaceleración se ha convertido en un asunto clave», de acuerdo con el documento.

El país se esforzará por transformar el modo de desarrollo de la agricultura, impulsar políticas que beneficien a los campesinos, promover la construcción de «un nuevo campo socialista», profundizar las reformas rurales y reforzar el Estado de derecho en relación con los asuntos rurales.

Las autoridades centrales actualizarán las infraestructuras y mejorarán los servicios públicos y las condiciones de vida en el campo.

El documento introduce una serie de medidas destinadas a impulsar la producción de cereales, nutrir a las industrias secundaria y terciaria e incrementar los ingresos de los campesinos, al tiempo que promete igualdad en los servicios públicos y las oportunidades para los residentes urbanos y los trabajadores migratorios.

«China no puede convertir todo el campo en ciudades y debe perseguir una nueva senda para sostener el desarrollo rural en términos tanto económicos como medioambientales», dijo Du Zhixiong, experto de la Academia de Ciencias Sociales de China.

En una declaración realizada tras la finalización de la Conferencia Central de Trabajo Rural celebrada en diciembre del año pasado, se calificaban los desafíos a los que se enfrenta el sector agrario como «sin precedentes»: costes de producción al alza y escasez de tierra cultivable y agua fresca.

Aunque el país ha marcado una línea roja según la cual la superficie de tierra cultivable no debería ser inferior a 120 millones de hectáreas, la presión sobre el campo sigue siendo grande.