El objetivo es reducir la entrada, residencia y empleo ilegal de foráneos en el país. Según fuentes gubernamentales, las leyes chinas no son duras ni discriminan compradas con las de otros países, pero se están volviendo más estrictas para poder hacer frente a la necesidad de abrirse más a los extranjeros.
(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Legisladores chinos están elevando propuestas para reforzar la gestión de los inmigrantes extranjeros en el país, ajustando las leyes respecto a la entrada, residencia y empleo ilegal de foráneos en China. Estas propuestas están generando opiniones encontradas sobre su potencial impacto en la comunidad de expatriados y en el país en general.
Un borrador de ley de la Administración de Entrada y Salida está siendo discutido por los máximos legisladores del país en el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, y se espera que la versión final sea publicada a final de junio.
Los expatriados que trabajen en China sin permisos laborales o sin los documentos legales relativos, así como los estudiantes que trabajen, violando así las regulaciones sobre programas de trabajo y estudio, serán registrados como trabajadores ilegales, según el borrador.
Además, se indica que aquellos que hayan proporcionado de forma ilegal documentos o cartas de invitación a extranjeros serán multados con entre 2.000 y 10.000 yuanes, y les serán confiscados sus ingresos ilegales. Además, deberán cubrir los gastos de repatriación de los foráneos.
Liu Guofu, experto en derecho de inmigración del Instituto Tecnológico de Pekín, citado por Global Times en su edición de ayer, opina que el borrador es una reforma pertinente de las leyes actuales en la materia, que entraron en vigor en 1986.
“El castigo contra la entrada, residencia y empleo ilegales que parecía apropiado en el pasado se ha vuelto obsoleto, considerando el aumento en los intercambios internacionales”, opina Liu, quien añade que el nuevo borrador ayudará a construir una regulación más sistemática y seria para la lucha contra tales actos ilegales.
Los legisladores se han mostrado de acuerdo en la necesidad de reforzar los castigos contra la entrada, residencia y empleo ilegales de extranjeros, aunque expresan opiniones diferentes sobre aspectos concretos estipulados en el borrador de la ley.
Jin Shuoren, uno de los miembros de la legislatura china, apuntó durante la XXVIª reunión del comité permanente que los castigos contra los tutores legales de menores que residan ilegalmente en China son demasiado indulgentes y sugirió incrementar el monto de la multa hasta un máximo de 5.000 yuanes frente a los actuales 1.000, según cita el rotativo ‘Legal Daily’.
“Creo que es justo que China introduzca regulaciones más estrictas sobre los residentes extranjeros, lo que ayudará a eliminar prejuicios contra los foráneos mediante la reducción de los delitos”, opina Tarandip Kardashian, ciudadano india de 38 años que trabaja como ingeniero de software en Shanghái. “Una normas más estrictas conllevan un mejor entorno, no sólo para los locales, sino también para los extranjeros”, afirma en Global Times.
Los legisladores también se plantean la repatriación como medida contra los extranjeros que violen las leyes chinas. Algunos sugieren que el país establezca más centros de detención y repatriación en áreas habitadas por extranjeros con gastos garantizados.
El viceministro de Seguridad Pública, Yang Huanning, dijo en abril que la falta de infraestructuras y agentes de policía que hablen idiomas ha obstruido la gestión de los inmigrantes ilegales.
Josephine Maple, profesora canadiense, afirma en Global Times que las nuevas leyes pueden tener como consecuencia una mayor hostilidad hacia los extranjeros. “En Asia, China no es un país muy fácil para los extranjeros, y si la solicitud de un visado de trabajo conlleva más molestias burocráticas, podría plantearme mudarme a Hong Kong o Japón”, reconoce.
Sin embargo, Liu afirma que las leyes chinas no son duras ni discriminan compradas con las de otros países, pero se están volviendo más estrictas para poder hacer frente a la necesidad de abrirse más a los extranjeros.
En 2011, la policía investigó más de 20.000 incidentes que implicaron a extranjeros que habían entrado, vivían o trabajaban ilegalmente en China, una cifra que supone el doble de la registrada en 1995, según Yang, informa Global Times.