China se silencia de cara a trascendental examen de acceso a la universidad

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BEIJING, 5 jun (Xinhua) -- "Absténgase de taladrar". "Prohibido el uso de grúas". "Conduzca sólo si va a llevar a su hijo al examen".


A dos días del examen de acceso a la universidad, la prueba académica más importante de cada año en China, las carteleras informativas de los barrios y conjuntos residenciales y la mayor parte de las páginas de Internet más populares, llenan cada vez más espacios con mensajes de este tipo, como un llamado a la población para que preste una mano a los 9,57 millones de estudiantes de secundaria que tomarán parte en el examen.

Ellos competirán, con base en los conocimientos adquiridos a lo largo de los últimos seis años, por 6,57 millones de cupos en las universidades de todo el país, lo que quiere decir que el 68 por ciento podrá empezar sus estudios superiores a partir del próximo semestre, que comienza en septiembre.

El Ministerio de Educación dijo que en esta ocasión la tasa de admisión será superior en un 7 por ciento a la del año pasado, mientras que el número de jóvenes presentando la prueba se reducirá en 650.000.

No obstante, las buenas noticias no han servido de mucho para aliviar la ansiedad de los adolescentes, y mucho menos la de sus padres, que, sin excepción, aspiran a verlos enrolados en los mejores claustros del país.

Pocos momentos de la vida estudiantil ejercen más presión sobre los alumnos chinos y sus familias que el examen de admisión a la universidad, pues se le considera como una coyuntura decisiva para el futuro da cada ciudadano, y más aún teniendo en cuenta que la mayoría de las personas que hoy tienen entre 17 y 18 años son hijos únicos.

Por eso, cada año la sociedad entera se moviliza activamente, tanto por petición de las autoridades como por iniciativa propia, para crear el ambiente más propicio posible para los jovencitos durante los dos días que dura.

Es el caso del Tribunal Popular del Distrito de Haidian, en el oeste de Beijing, que dijo en un comunicado emitido el martes que en estos días se abstendría de aprobar las solicitudes de divorcios de las parejas cuyos hijos estuvieran inscritos para presentar la prueba, «con el fin de evitar que (los fallos) les afecten».

Por eso, agregó, los solicitantes deberán esperar a que termine el examen para recibir la aprobación de su divorcio.

Asimismo, las autoridades de tránsito de la capital, que usualmente desvían el tráfico alrededor de las escuelas y restringen el uso de pitos durante el examen, han decidido relajar su estricta restricción vehicular, vigente desde los Juegos Olímpicos, exclusivamente para las familias de los futuros universitarios.

«Los conductores que de acuerdo con la norma no pueden utilizar sus vehículos el lunes y el martes no serán multados en caso de ser descubiertos por los agentes si están conduciendo para llevarlos al establecimiento donde presentarán el examen o los llevan de vuelta a casa», reza una comunicación del Departamento de Administración de Tráfico de Beijing.

En la ciudad, por cuyas calles circulan hoy en día más de 4 millones de automotores, los conductores de vehículos particulares tienen prohibido movilizarlos un día entre lunes y viernes con base en el último número de la matrícula, como estrategia para reducir los atascos y hacer más fluido el desplazamiento.

Por su parte, el distrito de Linchuan de la oriental provincia de Jiangxi ordenó a todos los Café Internet suspender sus operaciones antes de la prueba, con el objetivo de evitar que los atribulados estudiantes, que en su mayoría pasan los últimos días en «acuartelamiento de primer grado», caigan en la tentación de internarse en la Red.

En la mayor parte del país, los encargados de vigilar a los estudiantes durante la prueba serán agentes de policía, funcionarios de los gobiernos locales, profesores y voluntarios. Además, los efectivos de la policía de tráfico han sido instruidos para movilizar a los estudiantes que lo requieran en casos de emergencia.

En las provincias de Hunan, Henan (centro) y Heilongjiang (noreste), la policía está monitoreando la Internet en busca de sitios que estén involucrados en la venta de aparatos para hacer trampa o en la difusión de otros métodos para cometer fraude.

Además, los agentes policiales han incrementado en los últimos días las inspecciones a los documentos de identidad de los inscritos, siguiendo las instrucciones dadas por la cartera el pasado 13 de mayo en el sentido de atacar con decisión a los impostores que toman la prueba a nombre de los alumnos.

Cada año, luego del examen varias personas van a parar a la cárcel tras descubrirse nuevas modalidades de engaño, que van desde el uso de sofisticados equipos de transmisión hasta la suplantación de los examinados.