EEUU y la UE nunca imaginaron que podría perder su hegemonía global en unas décadas cuando Jimmy Carter recibió a Deng Xiaoping en Washington en 1979. Apoyaron la entrada de China en la OMC, efectiva en 2001, soñando conquistar un gran mercado de 1.350 millones de chinos incorporados a una Globalización liderada por Occidente. Algunos analistas apostaron que Pekín daría “un salto democrático” en 2008. Pero en este año olímpico, EEUU fue golpeado por la crisis financiera mientras China dio el salto pero fue político sino “económico”. Pasó a ser la segunda economía mundial en 2010, dejando atrás a Japón y, según el FMI, podría ser la primera en 2016, superando a EEUU.
¿Cómo logró esta rápida transformación?
China precisaba modernizar su estructura económica dando otro gran salto adelante “tecnológico e innovador”. Incentivó las inversiones extranjeras procedentes de los países desarrollados para hacerse con una transferencia de tecnología y un “know how” de gestión empresarial. Al comienzo, las inversiones extranjeras se centraron en los sectores de uso intensivo de mano de obra. Luego se captó más inversiones selectivas que aportaban alta o media tecnología. China amasó una ingente bolsa de divisas para dar el siguiente salto: invertir y penetrar en los mercados occidentales para adquirir “in situ” tecnologías punta. Y las consiguió en poco tiempo y en una escala sin precedentes.
Occidente se queja que los logros chinos se deben en parte a que “juegan con las normas internacionales” no respetando las reglas de la OMC ni los Derechos de la Propiedad industrial e intelectual ajenos. Estos días vemos rebrotar una guerra comercial entre China y la UE. Y el “ciberespacio” es el nuevo y sofisticado campo de batalla donde los hackers chinos al servicio de empresas públicas, algunas vinculadas al Ejército, espían y hurtan “conocimiento” a las empresas occidentales en sectores estratégicos. Pero a su vez, Pekín acusa a EEUU por lanzar cyberataques contra los intereses chinos. Barack Obama y Xi Ximping trataron este espinoso tema político en su encuentro del 7 de junio en California. Buenas formas pero sin acuerdos concretos.
Urge más seguridad jurídica y confianza mutua para favorecer las inversiones y el comercio internacional.