Desaceleración de crecimiento del PIB de China está dentro de límites de tolerancia del gobierno

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BEIJING, 15 jul (Xinhua) -- El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China se ralentizó al 7,6 por ciento en el período enero-junio, lo que fue el peor desempeño registrado en el primer semestre en los últimos tres años. Sin embargo, algunos analistas han señalado que este crecimiento más lento está por encima de la línea de base y es el coste de la reforma.


BEIJING, 15 jul (Xinhua) — El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de China se ralentizó al 7,6 por ciento en el período enero-junio, lo que fue el peor desempeño registrado en el primer semestre en los últimos tres años. Sin embargo, algunos analistas han señalado que este crecimiento más lento está por encima de la línea de base y es el coste de la reforma.


En un contexto nacional de continua ralentización, dicho crecimiento coincide con las expectativas del mercado y es superior a la meta del 7,5 por ciento establecida por el gobierno para todo el año.



«No es necesario ser excesivamente pesimistas; el límite mínimo de los Planes Quinquenales anteriores fue del siete por ciento. Debemos prepararnos para un período difícil relativamente largo, ya que ése el coste de la reforma», dijo Yu Yongding, economista de la Academia de Ciencias Sociales de China, un centro de estudios gubernamental.



El año pasado, China registró un crecimiento anual del 7,8 por ciento, el más lento desde 1999, a causa de la volatilidad de los mercados externos y las restricciones impuestas por el gobierno para controlar los precios de los bienes raíces y contener la inflación.



El crecimiento del PIB se redujo al 7,5 por ciento en el segundo trimestre de 2013 en comparación con el 7,7 por ciento del primer trimestre, anunció hoy lunes el Buró Nacional de Estadísticas (BNE).



«La economía china ha mantenido un crecimiento estable», dijo en rueda de prensa el portavoz del BNE, Sheng Laiyun.



De acuerdo con los datos del organismo chino, el PIB totalizó 24,8 billones de yuanes (cuatro billones de dólares) en los primeros seis meses del año.



«Los principales indicadores económicos siguen dentro de unos límites razonables, tal y como se esperaba, pero el ambiente económico del país sigue siendo complejo», señaló Sheng, añadiendo que el mercado debe desempeñar un mejor papel a la hora de sacar a relucir el vigor intrínseco de la economía china.



Junto a las últimas cifras del PIB se publicaron una serie de datos sectoriales.



La producción industrial registró una subida interanual del 9,3 por ciento en la primera mitad de 2013, mientras que el crecimiento de la inversión en activos fijos, un indicador de los gastos gubernamentales y privados en infraestructuras, se situó en el 20,1 por ciento durante ese mismo período, con una disminución de 0,8 puntos porcentuales durante el primer trimestre.



Las ventas al por menor, un importante indicador del gasto en consumo, subió un 12,7 por ciento en comparación con el mismo período del año pasado. La tasa de crecimiento aumentó un 0,3 por ciento frente al primer trimestre, según el BNE.



De acuerdo con las estadísticas, el consumo contribuyó al crecimiento del PIB en la primera mitad de 2013 con un 45,2 por ciento, mientras que la contribución de la inversión fue del 53,9 por ciento y la de las exportaciones netas se situó en el 0,9 por ciento.



Xu Lianzhong, economista del centro de monitorización de precios de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR, máximo planificador económico), dijo que el antiguo modelo de crecimiento, basado en la inversión y las exportaciones, no se sostendrá, y agregó que debe hacerse mayor hincapié en la promoción de reformas en el sistema financiero y el proceso de urbanización.



Las exportaciones y las importaciones de China registraron sorprendentes caídas en junio. Las exportaciones bajaron un 3,1 por ciento interanual para quedarse en 174.320 millones de dólares, mientras que las importaciones se redujeron un 0,7 por ciento con respecto al mismo período del año pasado hasta situarse en 147.190 millones de dólares, de acuerdo con la Administración General de Aduanas.



«Europa todavía está intentando recuperarse de una severa recesión y la relajación cuantitativa en la economía global se añadirá a las incertidumbres», analizó Zhuang Jian, economista del Banco Asiático de Desarrollo.



Los efectos de esta recesión han tenido un impacto especialmente fuerte sobre el sector turístico chino. Por ejemplo, las líneas de cruceros a lo largo del Río Yangtzé recibieron a un número de pasajeros significativamente más bajo durante los primeros seis meses del año.



«El número de turistas bajó más de un 20 por ciento», explicó Qin Xinqiao, subgerente ejecutivo de una línea de cruceros con sede en la provincia central de Hubei.



A pesar de las dificultades, la dinámica económica se mantiene inalterada, aseguró Shen Laiyun.



Por otra parte, Li Daokui, ex asesor del banco central de China, previó que el futuro crecimiento estará impulsado por el suministro de productos cuasi-públicos como las infraestructuras urbanas y las instalaciones dedicadas a la purificación del aire o el procesamiento del agua.



El principal riesgo al que se enfrenta China actualmente no es la desaceleración del crecimiento sino su excesiva dependencia de los antiguos modelos de crecimiento, subrayó Zhang Monan, investigador del Centro Estatal de Información, subordinado al gobierno.



El primer ministro chino, Li Keqiang, ha planteado algunas sugerencias para hacer frente a esta situación.



«Las operaciones económicas deberían manejarse de manera que la tasa de crecimiento, el empleo y otros indicadores no caigan por debajo de la línea de base y la inflación no supere el límite máximo. En estas circunstancias, el país puede concentrarse en la reestructuración y la reforma», dijo Li la semana pasada al pronunciar un discurso durante una gira de inspección por el sur de China.



En el discurso, Li no definió los límites del gobierno, pero algunos economistas creen que la economía china podría crecer alrededor de un siete por ciento sin ningún estímulo gubernamental.