BEIJING, 14 jul (Xinhua) -- Quienquiera que vea el informe semestral sobre la economía de China, ya sean estadistas o economistas, no considerarán las cifras como un elogioso resultado de la segunda mayor economía mundial.
El producto interno bruto (PIB) en China se expandió 7,6 por ciento anual en el segundo trimestre de este año, inferior al ocho por ciento por primera vez en tres años, además de ser el sexto descenso trimestral consecutivo, de acuerdo con información del Buró Nacional de Estadísticas de China (BNE).
Los datos del PIB en el segundo trimestre señalan que el crecimiento económico chino en los primeros seis meses fue de 7,8 por ciento anual, lo cual supera el objetivo previsto por el gobierno de 7,5 por ciento para todo el año.
Para algunos analistas, el menor ritmo de crecimiento en tres años muestra que China enfrenta los crecientes riesgos de un duro aterrizaje.
No obstante, Sheng Laiyun, vocero del BNE, mencionó que la tasa de 7,6 por ciento es «un ritmo bastante bueno» comparado con el de otras importantes economías del mundo, y se expresó «ampliamente confiado» en las perspectivas de la economía de China.
Los optimistas consideran que la economía china tocó fondo en el segundo trimestre, pero el país aún necesita continuar aplicando reformas para resolver los problemas que hacen su actual modo de desarrollo desequilibrado, descoordinado y falto de sostenibilidad.
«China debe asegurar que el crecimiento de su PIB no sea menor a siete por ciento, de otra forma un elevado desempleo y otros problemas sociales profundamente enraizados surgirán», expresó Wei Jie, profesor de la Escuela de Economía y Administración de la Universidad Tsinghua.
Sin embargo, el propio Wei se opone a cualquier estímulo masivo como el monto de cuatro billones de yuanes (634.920 millones de dólares USA) en 2009 para estabilizar el crecimiento en la segunda mayor economía del mundo, dado que el rescate de la economía a través de estímulos masivos «nada más postpone los problemas y desaprovecha la oportunidad de reestructurar la economía china».
Para responder a la actual desaceleración económica, el Consejo de Estado, o gabinete de China, adoptó nuevas medidas alentando a empresas privadas a invertir en sectores como la banca, energía y transporte, los cuales están actualmente dominados por empresas estatales.
El Banco Popular de China (BPCh), el banco central del país, incluso anunció sorpresivos recortes de tasas en dos ocasiones en un mes, recortando las tasas anuales de empréstitos y créditos de referencia del banco en 50 y 56 puntos base, respectivamente.
Pan Xiangdong, jefe economista de Galaxy Securities, comentó que el lento crecimiento del PIB ha tenido más peso que la inflación como principal preocupación para los estadistas chinos.
Para estabilizar el crecimiento a corto plazo, dijo Pan, China necesita depender de nuevo de la inversión, ya que las exportaciones se ven fácilmente afectadas por la inactiva demanda externa a la vez que un significativo incremento en el consumo tomará tiempo.
La inversión, las exportaciones y el consumo son los tres principales motores de crecimiento en la economía china. Datos del BNE señalan que la inversión representó alrededor de dos terceras partes del PIB de China en el primer semestre de este año. (Continúa)
Pan comentó que China necesita acelerar las reformas en la transferencia de derechos de uso de suelo, el sistema de registro de residentes así como en los sistemas relacionados con las pensiones, los seguros y la educación, en relación con el rápido crecimiento económico del país.
«Lo que nos preocupa es la posible sobrerreacción de los responsables de las políticas», mencionó Li Daokui, ex asesor de política monetaria del BPCh.
Li indicó que las medidas existentes destinadas a mantener el crecimiento son suficientes para ayudar a China a lograr una recuperación este año.
Desde 2008, las políticas macroeconómicas de China han ido de los estímulos a la severidad en varias ocasiones, indicando la dificultad para la reestructuración económica en la segunda mayor economía del mundo, la cual solía depender excesivamente del gasto gubernamental, del sector inmobiliario y de las industrias de exportación de trabajo intensivo para su rápido crecimiento.
Sin embargo la prolongada crisis de deuda soberana europea y una frágil recuperación económica en Estados Unidos han provocado una significativa reducción en la demanda externa de productos y servicios chinos este año, mientras el envejecimiento de la población y los crecientes costos labores internos también amainaron el proceso de «transformación del modo de crecimiento económico» de China.
«La economía china necesita incrementar su eficacia, no solamente su tamaño», declaró Cao Yuanzheng, jefe economista del Banco de China. «Lo que importa es si China puede reestructurar exitosamente su economía y hacerla más eficaz y de mejor calidad».
Wu Xiaoqiu, presidente del Instituto de Finanzas y Seguros de la Universidad Renmin de China, dijo que China tiene que habituarse a desacelerar el crecimiento debido a que la propia China se está transformando de ser una economía impulsada por la inversión a una de consumo.
«China tendrá un crecimiento de entre siete y ocho por ciento para el año 2020 y una mayor desaceleración a alrededor de cinco por ciento después del 2020», prevee Wu.
Aún cuando sus pensamientos puedan ser variados sobre el panorama económico a corto plazo, muchos economistas chinos están presionando a los planificadores de políticas para acelerar las reformas con el fin de eliminar los problemas preocupantes en la segunda mayor economía del mundo.
«En una época de estancamiento de la demanda interna y externa, puedo entender porqué el gobierno ha recurrido nuevamente a la inversión para el crecimiento a corto plazo. Pero las reformas son importantes», sostuvo Liang Youcai, jefe economista de la Red de Información Económica de China.
«De todo el desequilibrio estructural, la distribución de ingresos es lo más sobresaliente, por ello necesitamos acelerar las reformas en este sentido y romper el monopolio y reducir las restricciones para promover el desarrollo de la economía a largo plazo», añadió.