En la pasada década, la provincia de Guangdong se convirtió en el lugar más poblado de China, mientras que Henan perdió el cetro en ese asptecto, para ubicarse de tercera. Ningún otro país ha atestiguado cambios tan significativos en la distribución de su población.

El sistema de equilibrio demográfico de China ha fallado parcialmente. La estrategia de desarrollo occidental es incapaz de revertir la tendencia al aumento de la población en las regiones del este. En cuanto a la extensión de las grandes ciudades, nada indica que cambirá dicha tendencia. La sociedad parece aceptarlo, y la vida en la grandes urbes se organiza según este proceso. Nuestra sociedad también parece estar renunciando a las limitaciones de recursos en las grandes metrópolis.

En el pasado, la opinión pública mayoritaria parecía estar volcada sobre el problema del envejecimiento en China, algo que también afecta a Europa y Japón. Sus ejemplos podrían servir a China para lidiar con el fenómeno.

Como China tiene una amplia base de población y el problema del envejecimiento es más serio en la región oriental, el país dispone de una buena oportunidad para neutralizar dicho fenómeno.

Son muchos los problemas que nos quedan por delante y en su raíz suelen estar las descomunales dimensiones del país. A pesar de todo, es posible dar con un equilibrio entre los diversos factores. Por ejemplo, el envejecimiento puede reducir la presión del desempleo y los impulsos “rebeldes” de muchos jóvenes.

El amplio espectro demográfico y la diversidad que la misma supone deberían servir de punto de partida para varios proyectos de investigación. China ha adoptado una economía de mercado, pero la teoría económica del mercado occidental y la teoría social que le acompaña no se pueden aplicar completamente en China. Algunos casos exitosos, como el sistema de contrato de responsabilidad y de “un país, dos sistemas” resultan increíbles para los extranjeros.

China debe hacer más esfuerzos para que su población de 1.339 millones se convierta en el primer factor que tomen en consideración los occidentales. Como país socialista en acelerado desarrollo y dotado de una fuerza militar “amenazadora”, será realmente difícil que China administre a cabalidad una población que es el doble de la suma de las de Estados Unidos, Rusia, Japón, Gran Bretaña y Francia combinadas. Occidente no lo debe olvidar.(Pueblo en Línea)

04/05/2011