Sobre los hombros de los consumidores chinos recae un amplio cúmulo de esperanzas, al considerarse que con su potencial poder adquisitivo los mismos desempeñarán un papel crucial en el desarrollo económico global futuro. Las expectativas se mantienen incluso cuando los consumidores en los países ricos reducen gastos y se apresuran a pagar deudas.
Pero antes de China pueda transformarse en una sociedad de consumo, será más decisivo para el crecimiento global determinar el modo en que China invierte y produce, más que en cómo consume.
Afortunadamente, el acelerado crecimiento de la inversión china en energía limpia indica que la economía de más acelerado crecimiento del mundo está convirtiéndose asimismo en la campeona del crecimiento “verde.”
Aquellos países desarrollados que se han mostrado renuentes a asumir sus responsabilidades en el combate contra el cambio climático, escudándose en la falta de esfuerzos adecuados de los países en vías de desarrollo, deberían hechar un vistazo al reciente informe de la encuestadora Ernst/Young, según la cual China ha alcanzado a EEUU como el mercado más atractivo para la inversión energética renovable.
Según el informe, solamente en el segundo trimestre de 2010, China dedicó cerca de $10 mil millones a la energía eólica, o más de la mitad del total global, que ascendió a $20.500 millones.
Aunque una inversión trimestral en energía eólica apenas representa un cambio en la enorme brecha de eficiencia energética que existe entre China y las economías desarrolladas, la misma es testimonio impresionante de la determinación del país a defender el entorno ecológico.
Como país más populoso del mundo, China está muy al tanto de los descomunales desafíos ambientales que tiene por delante. El consumo de energía per capita del país es de solamente una cuarta parte del de EEUU, pero no hay un diseñador de política chino al que se le ocurra que se debe permitir que el consumo energético nacional se empareje con el de EEUU.
La inversión ecológica masiva es esencial para cualquier acuerdo global encaminado a enfrentar con eficacia el cambio climático. Y el mundo no puede permitirse seguir posponiendo el crecimiento verde, sin importar qué decidan los negociadores en Cancún. China ya ha asumido su parte. ¿Lo harán también los países ricos?(Pueblo en Línea)
08/12/2010