El tortuoso camino hacia la integración nacional

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Los desplazamientos por la Fiesta de la Primavera, o Chunyun, implican dificultades no sólo para los trabajadores emigrantes que regresan a casa, sino también para los residentes de las grandes ciudades que permanecen en ellas durante esa temporada.


En las ciudades costeras muchos restaurantes cierran por esa fecha, las compañías de entrega expresa reducen sus servicios, los trabajadores domésticos se ausentan y las llamadas al servicio de lavado de autos quedan sin respuesta. Debido al masivo éxodo de trabajadores emigrantes, las industrias de servicios casi se paralizan.


Si bien la globalización integra al mundo en una aldea, la integración nacional de China no es menos otro movimiento gigantesco, que ha originado el Chunyun, la mayor migración de la historia humana, capaz de establecer el patrón de vida de cientos de millones de personas, a la vez que genera tanto prosperidad como amargura en las grandes ciudades.



Para muchos chinos, las principales urbes chinas ejercen una atracción colosal y suponen un menor umbral de riesgo que, digamos, viajes a EEUU o a Europa. El flujo de mano de obra y recursos a las grandes ciudades ha significado un amplio apoyo para el acelerado desarrollo económico de China en las últimas tres décadas.



Pero este flujo humano también comporta problemas, tales como el crecimiento demográfico, la escasez de recursos y el deterioro ambiental. La sociedad tiene que aceptar estos problemas junto con las ventajas.



Al largo plazo, el movimiento nacional de integración acortará la distancia entre diversas regiones, pero lo hará en medio de notables desafíos. La migración poblacional sigue siendo estacional y pendular.



Muchos trabajadores emigrantes tienen que estar saliendo y entrando constantemente de las urbes por falta de espacio habitacional y la carencia de un registro de residencia permanente.



La integración nacional es un viaje irreversible. El número de trabajadores emigrantes ha alcanzado los 9 millones en Shanghai y más de 10 millones en Beijing. Ellos, que tanto contribuyen al vigor económico urbano en el oriente chino, no reciben en cambio una recompensa similar en ventajas sociales de estas ciudades.



Contra tales prerrogativas conspiran el profunfo arriago de las diferencias urbano-rurales, la brecha en los ingresos entre las áreas costeras y las interiores y la rigidez del sistema de residencia. Ante tantos impedimentos, a tantos millones de chinos sólo les queda acopiar paciencia y esperar…esperar…(Pueblo en Línea)


24/01/2011