BEIJING, 23 may (Xinhua) -- El control de la inflación ha sido uno de los temas que han dominado los titulares de los medios chinos en los últimos meses. Algunos economistas del país han señalado que en lugar de bajar, la inflación podría mantenerse en niveles moderados durante un periodo relativamente largo.
La alta inflación persistió en abril a pesar de los esfuezos del gobierno. El Índice de Precios al Consumidor (IPC), el principal barómetro de la inflación, registró un aumento interanual del 5,3 por ciento. Esta cifra fue ligeramente inferior a la de marzo (5,4%) pero excedió las expectativas.
Zhang Xiaojing, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China, afirmó que la inflación es un resultado inevitable de la fase de desarrollo en la que se encuentra actualmente el país.
La rapidez de los procesos de industrialización y urbanización ha provocado una subida de los precios de recursos como la tierra y la mano de obra, lo que a su vez ha desencadenado un aumento de la inflación.
Al mismo tiempo, factores externos como la subida de los precios del grano, los recursos y la energía en el mercado global han generado inflación importada, que probablemente disminuirá a corto plazo, añadió Zhang.
El director de la Oficina de Análisis y Predicción de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR, máximo órgano de planificación económica), Xu Lianzhong, se hizo eco de los comentarios de Zhang pero identificó los sueldos como la principal causa de la moderada tendencia inflacionaria.
En las últimas décadas, la prosperidad económica de China se ha basado en la mano de obra barata y en la explotación excesiva de los recursos naturales. Sin embargo, las nuevas generaciones de trabajadores migrantes están pidiendo un mejor trato y unos sueldos más altos, lo que ha aumentado los costes laborales.
Con el objetivo de transformar la economía e instaurar un modelo de crecimiento impulsado por el consumo interno, el gobierno ha tomado medidas para incrementar los ingresos de los agricultores y los habitantes urbanos con niveles de renta medios y bajos en un intento por mejorar el poder adquisitivo de la población, añadió Xu.
El año pasado, los ingresos per cápita de los residentes urbanos crecieron un 7,8 por ciento interanual. En línea con esta tendencia al alza, el gobierno se ha comprometido a garantizar que los salarios superen al crecimiento económico en el periodo del XII Plan Quinquenal de Desarrollo Económico y Social (2011-2015).
Wang Jian, secretario general de la Sociedad de Macroeconomía de la CNDR, indicó que China debería soportar una tasa de inflación de entre el 5 y 10 por ciento a largo plazo para mantener un crecimiento económico relativamente rápido.
Wang descartó la posibilidad de que el país caiga en una espiral inflacionaria argumentando que las importaciones y la subida de los precios de los alimentos y de los salarios no elevarán la inflación a una tasa superior al 10 por ciento.
Además, los economistas destacaron que las abundantes cosechas obtenidas en los últimos siete años, el equilibrio del mercado industrial y la sobrecapacidad de producción en varios sectores contribuirán a reducir las probabilidades de hiperinflación.