Los empleados chinos de «cuello blanco» no se corresponden con la clase media

In Noticias, Sociedad by PSTBS12378sxedeOPCH

Hace diez o cinco años, los empleados chinos de “cuello blanco” eran envidiados por los demás. Sin embargo, en la actualidad, la situación ha cambiado. Trabajan arduamente pero no disfrutan de la vida típica de la pequeña burguesía que buscan, y no ven cumplidos sus...


¿Los empleados de “cuello blanco” de China pertenecen a la clase media? ¿Qué papel jugará el desarrollo de este grupo de trabajadores a la estructura social del país? Prestar atención a la evolución del grupo equivale prestar atención al rumbo del desarrollo de China.

Hace diez o cinco años, los empleados chinos de “cuello blanco” eran envidiados por los demás. Sin embargo, en la actualidad, la situación ha cambiado. Ahora ya no son el centro de la vida urbana, y la presión del trabajo y la vida les fatiga. En consecuencia, trabajan arduamente pero no disfrutan de la vida típica de la pequeña burguesía que buscan, y no ven cumplidos sus sueños.

Al principio de los años ochenta, apareció en Shanghai el primer edificio de oficinas, que despertó la admiración de los habitantes locales. Los trabajadores de “cuello blanco” se convirtieron en un grupo que disfrutaba de una mejor posición social, y en la imagen de la inteligencia y la capacidad que era el objetivo de mucha gente.

A medida de que se profundizó en el proceso de reforma y apertura, creció el grupo de empleados chinos de “cuello blanco”, hasta alcanzar varios centenares de millones. El trabajador de “cuello blanco” se convirtió en el símbolo de la élite de la época, siendo admirado por toda la sociedad.

No obstante, al entrar en el siglo XXI, este grupo ha visto mermada su posición. Este tipo de trabajadores quiere incorporarse a la clase media, pero se enfrentan un sinfín de dificultades que los alejan de esa posición social.

Los “cuellos blancos”, después de los esfuerzos de varios años, habían ido acumulado cierto capital que parecía podía garantizarles su sueño de clase media. Pero inesperadamente el precio de viviendas en los últimos años creció de tal modo que ya no es tan fácil invertir esos ahorros en la compra de una casa. Así, sin querer renunciar a sus suelos de arraigar en las grandes ciudades mediante la compra de una vivienda, se han convertido en esclavos de sus propias viviendas, cuyos desorbitados precios se ven obligados a pagar durante años y años. Como consecuencia, quizás no ingresarán jamás en la clase media aunque lo intenten toda la vida.

Además de los pisos, la presión del trabajo y la salud también provocan una situación en la cual sus ingresos no son suficientes para disfrutar de la vida de la clase media. Según una encuesta llevada a cabo en Shanghai, más del 70% de los “cuellos blancos” tienen un mal estado de salud, un 38% padece enfermedades cervicales y lumbares, así como hiperostosis, un 32% sufre problemas del sistema digestivo, y un 22% presenta problemas psicológicos, incluyendo insomnio y depresión. A los “cuellos blancos” les falta mucho para conseguir la calidad de vida de las clases medias.

Lo más preocupante es que en el proceso de ascenso, los “”cuellos blancos” chinos afrontan muchas dificultades, desde el sistema de registro civil a los problemas de distribución de la riqueza, desde el empleo a la compra de viviendas. Para crecer, los empleados deben pagar mucho. Además, los “grupos especiales de interés” también impiden el ascenso de los “cuellos blancos” normales.

Por eso, se puede decir que los “cuellos blancos” y la clase media no son equivalentes, aunque a veces coincidan. Actualmente los “cuellos blancos” están lejos de pertenecer a la clase media, lo cual debilita la formación de esta clase social y una base sólida para toda la sociedad, que para ser estable y sana requiere que de un colectivo significativo de estas características.

A ojos de los políticos, la clase media es una garantía de estabilidad social, y según los economistas es el motor principal para promover el consumo y la demanda interna. Los escritores por su parte los toman como protagonistas que encarnan la cultura moderna, mientras que los sociólogos consideran que para que una sociedad sea estable, el 60 o 70% de las personas o familias deben pertenecer a la clase media.

Por el momento China está esforzándose por conseguir avanzar gradualmente hacia este modelo de sociedad, pero es difícil determinar cuanto tiempo requerirá este proceso. A principios de 2001, el centro de sociología de la Academia China de Ciencias Sociales publicó un informe según el cual en China el 23% de la población pertenecía a la clase media, creciendo en número a partir de ese año a un ritmo del 1% anual. Según otro informe, la clase media de Beijing ya representa más del 40% de la estructura social, sumando 5,4 millones de personas. Así, si se sigue este ritmo de desarrollo, de aquí a 30 años la sociedad china podría llegar a convertirse en una sociedad de clases medias.