BEIJING, 14 nov (Xinhua) -- El periodismo es tan respetado en China que incluso los periodistas en ocasiones son llamados "reyes sin corona". No obstante, en China y en otros países, incluyendo las naciones occidentales, no hay opción para que actúen en la anarquía.
BEIJING, 14 nov (Xinhua) — El periodismo es tan respetado en China que incluso los periodistas en ocasiones son llamados «reyes sin corona». No obstante, en China y en otros países, incluyendo las naciones occidentales, no hay opción para que actúen en la anarquía.
En un tono empapado de autocomplaciente rectitud y superioridad, un editorial publicado el miércoles por el periódico «The New York Times» criticó las restricciones de visa de China hacia sus corresponsales que quieren trabajar en el país.
El diario atribuye infundadamente el hecho a la capacidad de Beijing para tolerar «coberturas informativas desfavorables o controvertidas «.
El periódico también afirma que no tiene la intención de «alterar su cobertura para cumplir las demandas de algún gobierno».
Pese a que trata de sonar justificable, el editorial desafortunadamente pasa por alto el punto clave del asunto.
Es comprensible que un medio occidental pueda ver a China, que tiene un sistema social diferente y está en una etapa diferente de desarrollo en comparación con Occidente, desde perspectivas completamente dispares. Pero eso no significa que puedan ignorar la verdad básica y confundir lo correcto con lo erróneo.
«The New York Times», uno de los periódicos más influyentes del mundo y una típica organización periodística occidental, a menudo asume una injusta postura de línea dura contra China, y muchas de sus coberturas informativas desafían los intereses nacionales de China o la voluntad común del pueblo chino.
Esto queda en evidencia a partir del hecho mismo de que el diario reporta y comenta sobre asuntos relacionados con China que repetidamente han generado una reacción contraria del público chino.
El proceso de apertura y de la reforma de China en las décadas pasadas desde 1978 ha facilitado sustancialmente la flexibilización de reglas para la prensa extranjera y les ha ofrecido grandes conveniencias.
Bajo la política abierta de Beijing hacia la prensa extranjera, los periodistas extranjeros son bienvenidos a trabajar en China y se les otorgan diversas oportunidades para realizar su cobertura en el país.
No solamente se les proporcionan los mejores servicios profesionales, sino que también sus derechos e intereses legítimos son protegidos de acuerdo con la ley.
Sin embargo, el respeto a las condiciones nacionales de China y el acatamiento de las leyes de China, entre otros, deben ser el marco general de su ejercicio.
Los periodistas chinos que trabajan en el extranjero también han sido debidamente asesorados por el gobierno de China para cumplir con las normas y reglas del país o la región en la que laboran, incluyendo Estados Unidos.
No hay excusa para que una organización extranjera de noticias que desea operar normalmente en China exija dobles estándares y funcione sin control y en la anarquía.
Es altamente recomendable que ciertos medio informativos occidentales hagan un examen de conciencia antes de señalar con el dedo a otros.