Pero también fue buena nueva para los consumidores domésticos, especialmente los de familias de medios y bajos ingresos. Las observaciones de Wen los tranquilizaron, al asegurarles que los diseñadores de políticas están trabajando para inclinar el gasto fiscal más a su favor.


Sabiendo que la popuesta será elevada al Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional para su consideración, desde ahora exhortamos a la legislatura superior del país a aprobarla.



Más importante aún, también hacemos un llamado a los legisladores para que den pasos agresivos que promuevan un reacondicionamiento fiscal cuidadoso, que otorgue mayor prioridad a elevar el consumo doméstico y los niveles de vida de la población.



En 2008, el punto de partida fiscal se fijó para los sueldos mensuales de 2.000 yuanes ($304), en momentos en que la renta promedio de los residentes urbanos era de 1.315 yuanes por mes.

Hoy en día, el nivel promedio urbano ha aumentado a 1.592 yuanes por mes, según cifras para 2010 publicadas el lunes por la Administración Estatal de Estadística.



Es preciso revertir el declive de la proporción de la renta por trabajo dentro del producto interno bruto, en comparación con los beneficios corporativos y los réditos fiscales, si se quiere que la economía china disminuya su dependencia de la inversión y las exportaciones para el crecimiento.



Un recorte drástico de los impuestos sobre la renta es solamente un paso muy pequeño hacia el fomento de las capacidades adquisitivas de un considerable segmento de consumidores domésticos.



Pero no obstante, los legisladores y diseñadores de políticas chinos pueden lograr con su esfuerzo conjunto establecer un punto de partida para reajustar las prioridades fiscales del país, en respuesta a la necesidad urgente de conseguir un crecimiento orientado al consumo.(Pueblo en Línea)

02/03/2011